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J. M. Coetzee en la Feria del Libro

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El premio nobel de literatura participó de la charla “De la escritura a la edición. Un ejercicio de comparación entre Australia y Argentina” junto con los escritores Ivor Indyk, Delia Falconer, Luis Chetarroni y Selva Almada. Moderó Anna Kazumi Stahl, coordinadora de la Cátedra Coetzee Literaturas del Sur.

Por Magalí Fernández | Fotos: Pablo Carrera Oser

El viernes 22 de abril, una extensa fila de lectores, escritores y curiosos cubrió desde temprano la entrada a la Sala Roberto Arlt del Pabellón Amarillo del Predio Ferial de Buenos Aires. Allí se realizó la mesa redonda “De la escritura a la edición. Un ejercicio de comparación entre Australia y Argentina”, que contó con la presencia del escritor sudafricano J. M. Coetzee, acompañado por el ensayista y editor australiano Ivor Indyk, la escritora australiana Delia Falconer y los escritores argentinos Selva Almada y Luis Chitarroni.

El primero de los ejes propuestos por Anna Kazumi Stahl —coordinadora de la Cátedra Coetzee y moderadora del encuentro— fue la pregunta por la posibilidad de existencia de una ‘literatura del sur’ “¿Tiene sentido hablar de una literatura asociada a una situación geográfica?”.

Chitarroni fue el primero en responder: “Si hablamos de un sentido geográfico, es claro que estamos muy alejados. Sin embargo, hay coincidencias y actitudes que nos pueden acercar mucho. En Buenos Aires, la literatura es de puerto, de mezcla. A pesar del mundo globalizado, sí hay preocupación por cuestiones territoriales”.

Por su parte, Indyk amplió algunos conceptos planteados por el escritor argentino en torno a la idea de que las llanuras pueden montar una “conspiración contra los poderes imperiales”. En este sentido, el ensayista amplió: “Somos sujetos de los deseos imperialistas y no, los señores. La llanura enriquece la imaginación, permite soñar”.

En esta línea, Almada planteó que “la literatura debe conservar su escritura, sus particularidades. Eso es lo que la vuelve vital”. Sin embargo, la autora sostuvo que la escritura hoy no tiene fronteras: “Internet facilita la traducción y circulación rápida de textos, y eso es positivo”.

Finalmente llegó el turno de Coetzee, muy esperado por la audiencia. “Australia pertenece al Sur por sus límites, su territorio y su posición. Por ello, es posible encontrar similitudes entre la literatura de ese país y la de la Argentina. Se trata de países relegados geográficamente”. Al mismo tiempo, para el autor los idiomas también delimitaron esa escritura: “Mirar al Sur hace bien para abrirnos a la diversidad y ampliar la visión entre la Argentina y Australia”.

Por último, Falconer postuló que Australia, a diferencia de la Argentina, no tiene una literatura regional. “Los australianos son escritores que miran hacia adentro, escriben desde la ciudad. Esa es una diferencia muy importante”. La escritora agregó que también es fundamental abrirse ante las distintas visiones que tiene la literatura para luego entender las relaciones entre la Argentina y Australia.

Al cierre, Stahl propuso una conversación sobre el idioma y la escritura de cada país para debatir las similitudes y diferencias existentes. Para Almada, “hay diferencias de contexto e idiosincrasia reconocibles desde donde se escribe”. A lo que Chitarroni sumó que “el centralismo es el gran problema argentino. Buenos Aires sigue siendo el centro de la literatura”. Indyk explicó que, en Australia, la noción de provincia es algo cultural, que marca una diferencia, mientras que, en la Argentina, parece ser territorial. Respecto a ello, Falconer coincidió en que no hay literaturas regionales en Australia. Coetzee hizo referencia al idioma y contó: “Estuve leyendo a Hudson, un escritor que nació en la Argentina. Escribió en inglés libros hermosos sobre su estadía en el país. Sin embargo, aquí se lo lee como un extranjero que escribe sobre el país y no, como a un nativo porque no suena auténtico. El inglés hace que no se adecúe a la descripción argentina. Eso me hace pensar que la estructura del idioma inglés afecta al modo en que vemos y escribimos sobre Australia”.

La mesa redonda, una vez finalizada, se trasladó al stand que la UNSAM posee en el Pabellón Azul, donde el premio nobel de literatura autografió algunas de sus obras y continúo charlando con asistentes y admiradores.

Nota actualizada el 1 de mayo de 2016

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