“La ciencia, y más en general el pensamiento racional, ha estado bajo ataque en muchos frentes. Por una parte, desde el lado de las voces religiosas exasperadas. Y por otra, desde cierto sector de las humanidades que tratan de degradar la ciencia ‘a una narrativa que no tiene más valor que otras’. Por el bien de nuestra sociedad, mi esperanza es que esos ataques se estén debilitando”, advierte el científico.

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