El primer sociólogo recibido en el CUSAM habló sobre el encuentro de una vocación en la cárcel, su particular experiencia con el estudio y sobre las ganas de continuar afuera con una carrera de posgrado.
“Siento orgullo de lo que estoy logrando, pero no estoy satisfecho. Quiero más: una maestría o un doctorado. Quiero algo distinto de lo que estaba preparado para mí. Sé que para mí había un cajón de madera y un entierro en el cementerio de San Martín. Hoy, por mí y por mi familia quiero otra cosa.”
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