En una nota sobre empresas nacionales que innovan mediante la inversión en investigación y desarrollo (I+D), la revista especializada en nuevas tecnologías destacó los avances de la empresa de biotecnología incubada en la UNSAM.
“Una experiencia distinta es la de Bioimanay, firma de biotecnología que funciona en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y que se especializa en el desarrollo de proteínas recombinantes en un sistema de levaduras. Constituida en 2011 con un capital inicial de $ 300.000 (de sus tres socios y distintos programas públicos, como el Buenos Aires Emprende, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) y PICT (Proyectos de investigación científica y tecnológica, del MINCyT). “A diferencia de otras industrias, en biotecnología las investigaciones llevan años en desarrollarse y tienen un alto componente de incertidumbre”, señala Francisco Marque, cofundador de Bioimanay. “Apoyarse en el sistema científico es fundamental”, dice. También lo es acceder a programas de financiamiento público, que les han permitido comprar los insumos, llevar adelante proyectos y pagar los salarios de los dos biotecnólogos que emplean. ‘Nos estamos incubando desde 2011, que es bastante tiempo, pero para biotecnología no es tanto. La expectativa, ahora que tenemos más resultados y productos desarrollados, es recibir inversión privada. Nos especializamos en diseño y desarrollo; el modelo es trabajar con un socio que va a producir, comercializar o pagar las regalías’, sostiene Marque. ‘Hacemos innovación en nuestra plataforma, en el producto —desarrollar nuevas moléculas o hacer ingeniería en moléculas existentes para que tengan nuevas funciones de alto impacto— y en la aplicación’”.