UNSAM en los Medios

El workshop de Marina Abramović en los medios

Distintos medios reseñaron la experiencia del taller que la performer serbia ofreció los días 28 y 29 de abril en el Centro de Arte Experimental de la UNSAM en el marco de la Primera Bienal de Performance de Buenos Aires.

“Entonces la veo llegar. Cuando decido que algunas cosas deben dejarse sin ordenar y estoy a punto de abandonar la tarea por la mitad, noto que Abramovic se me acerca. Le sonrío, aunque no nos conocemos, y me invita a recorrer en silencio el enorme galpón que compartimos con trescientas personas. No sé qué hora es ni cuánto tiempo pasó desde que llegué al Centro de Arte Experimental de la Unsam -una antigua estación eléctrica ubicada en Almagro, que ahora genera otro tipo de energía-, a las nueve y media de la mañana. Porque una de las premisas para acceder a la experiencia del Método Abramovic, que esta artista imparte desde el instituto MAI en Nueva York, es desconectarse de la tecnología para aprender a conectar con la intuición. Relojes y celulares quedan afuera, y es obligatorio usar auriculares para bloquear los sonidos.” (La Nación)

“Por el costado, por todos lados, caminan algunos despacio, en caminata lunar. En eso ando cuando una chica de negro me sonríe, me da la mano y me lleva hasta una tarima irregular donde dos docenas de personas están paradas, con los ojos cerrados. La chica me los cierra a mí también. Me pone una mano en el pecho y otra en la espalda, me acaricia. Un minuto, minuto y medio. Así me deja. Inhalo: este es el momento de dejar el mundo afuera y dar el salto hacia adentro. Exhalo. Espío. Los demás siguen ahí, quietos. Cierro los ojos, inhalo. No puedo poner la mente en blanco, pienso en los camastros que hay en la otra pared, con gente tapada hasta la coronilla. ¿Estará ahí la artista? Porque no se la ve por ninguna parte. Exhalo. Abro los ojos. Me voy a dar otra vuelta.” (Revista Ñ)

“Esa mujer de una altura que va a sobresalir entre la mayoría de quienes comían canapés y bebían vino en su honor la noche del lunes cuando la conferencia había terminado, la que se dejó atravesar por el dolor, el ardor, el peligro, durante tiempos extenuantes, desnuda las más de las veces, ataviada con su sangre o un gorro militar; esa mujer dice que no es feminista, que el feminismo es un ghetto y que no importa qué cuerpo se exponga a esta operación, esta ruptura del tiempo que es la performance –lesbiana, trans, gay, hombre, mujer–, lo que importa es lo que sucede con la audiencia como si no supiera que parte de su potencia es ese cuerpo de mujer y no otro que hace más de 40 años viene haciendo presente. ¿Quién es esta bruja? ¿Es lo que hace o es lo que dice? ¿Para qué hacer hablar a la artista si está la obra?” (Página 12/ Suplemento Las 12)

“Muchos ya han experimentado el método Abramovich en una de las sedes de la UNSAM en Almagro. Fueron conducidos de la mano de la artista en silencio a través del amplio salón y completaban seis ejercicios que iban desde observar un afiche de color azul o rojo durante un tiempo indeterminado hasta tirarse en unos camastros y abrigarse con frazadas. Difícil de transcribir aquí la experiencia porque la base del arte performático es justamente poner el cuerpo y vivir una sensación indescriptible fuera de la materialidad de la carne.” (Nacional Rock FM 93.7)

 

Nota actualizada el 30 de abril de 2015

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