La Especialización y la Maestría en Educación, Lenguajes y Medios de la Escuela de Humanidades de la UNSAM cumplieron sus primeros diez años y el aniversario fue celebrado junto a docentes, alumnos y autoridades de la Universidad con la presentación del libro Mitomanías de la educación Argentina. Crítica de las frases hechas, las medias verdades y las soluciones mágicas, de Alejandro Grimson  y Emilio Tenti Fanfani.

Al finalizar el encuentro, se realizó un cierre musical con Beto Solas acompañado por el guitarrista y docente del Conservatorio Julián Aguirre de Banfield y Gerardo Villar.

Estos dos posgrados fueron diseñados con el objetivo de generar un espacio de aprendizaje de alto nivel, reflexión crítica y producción académica sobre los usos y definiciones de las tecnologías de información y comunicación.

En el marco de sus primeros 10 años, conversamos con la directora de los Posgrados y del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Educación, Cultura y Sociedad (CEIECS) de la Escuela de Humanidades de la UNSAM, Mónica Pini, acerca de las transformaciones atravesadas a lo largo de la década con respecto a los medios y los cambios culturales relacionados para poder entender el uso pedagógico en los campos educativos.

-¿Cuál fue la idea germinal que la llevó a pensar estos posgrados y cuáles considera que son los puntos más relevantes que se han modificado y sostenido a lo largo de esta década?

-La idea germinal fue ver que hay una transformación importante y un desarrollo con respecto a los medios y los cambios culturales relacionados con estos que no era atendida suficientemente en las carreras de educación. Las carreras tradicionales toman muchas disciplinas pero la tecnología y la comunicación está muy poco representada cuando está, esto en relación al nivel de grado. En posgrado, por su parte, revisando ofertas noté que existía una escasez en este campo, que si bien había universidades que estaban trabajando, no contemplaban la necesidad de tomar estas transformaciones como objeto de estudio para poder hacer un uso pedagógico que permitiera modificar las prácticas en los campos educativos. Esto para mí persiste, hay una necesidad muy grande en los marcos teóricos que permiten analizar estos fenómenos y en los usos y materiales desde un punto pedagógico. Ahora creció mucho, pero en posgrado, justamente al ampliarse, esta necesidad permanece.
Lo que cambió, creo que es el aumento de la demanda. El mayor cambio es la expansión de este campo y las propuestas educativas.

-¿Cuáles serían los puntos centrales en los cuales pone mayor énfasis estos posgrados? ¿Por qué?

-Esos que mencioné anteriormente, justamente. Como hay gente que viene de distintas áreas como la educación, pero también de comunicación, las letras y/o el periodismo, tenemos que dar marcos críticos, políticos y teóricos para entender los procesos, pero también formas de producir, interpretar y evaluar los proyectos pedagógicos vinculados con estos materiales.

La confluencia de esta diversidad de campos de formación sirve para enriquecer muchísimo la cursada, ya que al ser un campo interdisciplinario se convive permanentemente con docentes de trayectorias y formaciones muy diferentes al igual que los alumnos. Al ser como un abanico y ellos tener diferentes formaciones, son los estudiantes y los proyectos los que hacen la síntesis y la confluencia de esta diversidad.

-¿Cuál es la función de la investigación para la incorporación crítica de las tecnologías de la información y la comunicación a la educación?

-Tratamos de vincular desde hace años los proyectos con los contenidos. Invitamos a los estudiantes, en especial los más cercanos a entregar la tesis, a que se incorporen al proyecto de investigación. El proyecto que terminó en 2014 y duró varios años fue el de Consumos Culturales de los Jóvenes, otro es de Consumos Digitales, y allí se incorporaron algunos estudiantes también. Además, estamos armando un libro con los resultados de la investigación sumada a los trabajos de los alumnos; algunos de estos son proyectos pedagógicos, experiencias y/o reflexiones sobre sus prácticas en la docencia. Allí se mostrará este cruce interesante entre ambos.

Por año tratamos de hacer actividades, algunas curriculares y otras extracurriculares. Hacemos, por ejemplo, foros de presentación de tesis en desarrollo o terminadas y eso despertó mucho interés porque el proceso de finalización es lento. Por otro lado, hicimos presentaciones comunicacionales de los estudiantes y también, pero ya más a nivel individual, participamos como jurado de proyectos o concursos.

-Los estudiantes proponen actividades y/o líneas de investigación, ¿o están pautadas directamente?

-En general proponemos nosotros, pero no porque no se pueda, sino porque cada uno está muy abocado a terminar su carrera. Por ejemplo, en el proyecto nuevo de Políticas de Alfabetización Digital, ampliamos el grupo con dos alumnas que terminaron la tesis, sumamos dos profesores; es decir, fuimos convocando otros actores, pero la verdad es que la falta de tiempo es determinante porque tienen que presentar los trabajos requeridos para cada seminario y muchas veces esto termina siendo contraproducente, ya que se les propone una actividad interesante pero al mismo tiempo, no les da el tiempo para iniciarse en la investigación y cumplir con las obligaciones curriculares. Algunos estudiantes tienen beca, pero sólo cubre la matrícula, no los exime de trabajar; por el contrario, muchas veces pasa que con la credencial de Maestrando se amplía el campo laboral y consecuentemente, su tiempo.

-¿Con qué herramientas egresa un magíster/especialista en Educación, Lenguajes y Medios?

-Además de su formación de base, se potencian los campos que ellos no tuvieron antes. Lo que considero es la base de la formación es que  los estudiantes tengan la capacidad de analizar y generar proyectos educativos que vinculen la educación con los nuevos lenguajes, los medios y sumar a otros docentes en las instituciones con los que comparten su práctica. Por un lado, la parte analítica; y por otro, la parte de producción. La maestría agrega, a su vez, el aspecto de la investigación, generando proyectos en estas áreas. El problema es que hay mucho en comunicación y educación y poco en la confluencia. Ahí apuntamos.

-Si mira para adelante la próxima década, ¿qué le gustaría lograr?

Me gustaría que siguiera ampliándose el derecho a la educación, poder no sólo ampliar el ingreso, sino las posibilidades de aprendizaje, la permanencia y la graduación. Creo que esto no sólo depende del estudio universitario, sino que sigan estos proyectos sociales a nivel del país y las provincias y una mayor integración.

En relación al posgrado, me gustaría que finalicen las tesis, “quiero 100% de tesis entregadas”, yo sé que cuesta mucho este último proceso de finalización por todas estas variables que hablamos al comienzo.

Con respecto al uso pedagógico de las TIC, me gustaría que haya una integración entre la educación y todas estos nuevos fenómenos que en 10 años seguirán ampliándose. Debe haber comprensión e integración en el sentido productivo. No es fácil achicar la brecha entre adultos y jóvenes con cambios tan veloces, pero es importante tender lazos. Hay un artículo donde nos preguntamos si las tecnologías son puentes o muros, creo que hay mucho de muro pero depende de los adultos transformarlo, a través del diálogo, en puentes que nos conecten, aunque la brecha siga existiendo.

Los invitamos a descargar la segunda parte de la entrevista con la especialista en educación, donde se refirió entre otros temas, a la incorporación de las TIC en las escuelas, la necesidad de implementar políticas que posibiliten el acceso y la permanencia de los estudiantes, y el desafío de tender lazos que permitan transformar a las tecnologías en puentes comunicacionales.

Descargar entrevista completa [AQUÍ]

Educación, Lenguajes y Medios, Mónica Pini, TIC