UNSAM en los Medios

Entrevista a Diego Hurtado en Página 12

Tras la reciente publicación de su libro ‘El sueño de la Argentina atómica. Política, tecnología nuclear y desarrollo nacional (1945-2006)’, el secretario de Innovación y Transferencia Tecnológica analizó el desarrollo de la tecnología atómica en argentina desde el primer peronismo en adelante.

“Empecé con el tema nuclear alrededor del año 2000. Para esa época yo trabajaba en historia de la ciencia del siglo XVII y XVIII. Pero tuve la oportunidad de estar en Nueva York, de consultar bibliotecas importantes y mientras trabajaba en mis temas me fui cruzando casi casualmente con artículos de energía nuclear. Me fue atrapando el tema y en paralelo mis compañeros de carrera me contaban que la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) se estaba hundiendo, que no había cargos para gente joven, que quedaban técnicos, ingenieros y científicos de sesenta años que se estaban jubilando. Entonces la historia se me fue armando por ese lado, de dejar testimonio de que en la Argentina hubo algo muy promisorio que fue el desarrollo de la energía nuclear. Me fui embarcando en este tema y fui encontrando cosas realmente pesadas, que a mi juicio valía la pena que fueran contadas. Era una historia realmente compleja que me fue llevando mucho tiempo, y en el ínterin se relanza el plan nuclear en el año 2006. Y de manera inmediata el relanzamiento empieza a mostrar logros, hay mucho entusiasmo por parte de la gente que uno pensaba que había abandonado definitivamente el área. Este renacimiento inesperado lo que mostraba justamente es que esa potencia que se había alcanzado era la que hacía posible, en términos de desarrollo institucional y de capacidades tecnológicas, que frente a la decisión política el sector nuclear pudiera renacer con cierto vigor. En 2010 el libro estaba terminado, pero yo lo leía y veía que trasudaba fracaso, cuando en realidad lo que estaba pasando es que eso se estaba convirtiendo de nuevo en una historia promisoria. Entonces, empecé a revisar el manuscrito desde la página uno y reescribí todo. Eso me llevó casi dos años.”

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Nota actualizada el 29 de septiembre de 2014

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