Invitado por el Programa Sur Global de la UNSAM, el especialista brasileño y uno de los impulsores de la Ley de Marco Civil de Internet recientemente sancionada por Dilma Rousseff, visitó la Argentina para participar de la Jornada sobre espionaje, transparencia y soberanía en Internet. “Estar en la discusión del modelo de comunicación mundial es proteger nuestro futuro”, dice.
Por Fernando Peirone y Eleonora Fernández*
Fotos: Pablo Carrera Oser.
El Programa Sur Global organizó un encuentro internacional en la Biblioteca Nacional orientado al análisis del impacto de Internet en materia de derechos civiles y los alcances geopolíticos de su manipulación por parte de los países centrales. Entre los invitados, estuvo Pedro Ekman, coordinador de Intervozes de Brasil, una de las organizaciones que impulsó la sanción de la Ley de Marco Civil de Internet, promulgada por la presidenta Dilma Rousseff, durante la cumbre NET Mundial 2014.
-Internet es reivindicada por muchos como una plataforma de libertad que posibilita la autocomunicación de masas, pero también es vista como una instancia de vigilancia y control. ¿La tendencia es hacia una mayor intervención o una mayor desregulación?
-Internet, como fueron las carreteras cuando no había otra forma de comunicarse, es una herramienta. Y como tal, puede servir para construir sociedades autoritarias o democráticas según el uso que le demos y según las reglas que establezcamos. Con Internet se puede hacer vigilancia masiva o se puede hacer una comunicación diversa, democrática y plural. Los Estados autoritarios y las corporaciones se disputan esta herramienta para hacer una sociedad de control, una sociedad en la que los intereses privados se sobrepongan a los intereses públicos. Pero la comunidad de usuarios hace su parte para que se construya una en la que la privacidad sea posible, donde la pluralidad y la diversidad de ideas puedan circular. El juego se está desplegando. En lo personal pienso que esta tensión va a estar todo el tiempo en las disputas sociales, como el reflejo de una lucha política que constituye el escenario social y que también está en Internet.
-Existe un retraso jurídico respecto de la apropiación que los usuarios hicieron de Internet. ¿Qué carácter tiene el tipo de normativa que comienzan a sancionar los Estados?
-Internet se pensó como un artilugio para la Guerra Fría, se desarrolló en las universidades, y llegó a toda la población como un servicio de lujo. Ahora la tecnología es cada vez más barata, de acceso masivo; y esta apropiación se defiende, se disputa. Ahora vamos por una red más justa y cada vez más convergente. Porque este medio de comunicación no es un medio más, va a ser “el” medio de comunicación. Entonces, su regulación adquiere una importancia política fundamental. Hoy en todo el mundo se considera a Internet como un servicio privado para quien quiera contratarlo, pero también y cada vez más, se está aclarando que se trata de un servicio fundamental y esencial para el ejercicio de la ciudadanía. Entonces, la regulación empieza a pensarse de manera más pública que privada. En Brasil, con el Marco Civil de Internet esto empieza a cambiar. El Gobierno, que siempre ha considerado públicamente a Internet como un ambiente de negocios, ahora empieza a decir que es un bien público.
-En la apertura de la Jornada dijo que están trabajando en una ley de protección de datos personales y otra ley de derechos de autor. ¿Es el paso que sigue al Marco Civil de Internet?
-El Marco Civil es una ley general pero no da cuenta de todos los temas. En derechos de autor tenemos una ley muy vieja, que no habla de internet en ningún punto, por eso está en curso una renovación de la ley de derechos de autor. La otra cuestión es la protección de datos personales, que también estamos pensando. El Marco Civil no trata de infraestructura pero define claramente Internet como un servicio fundamental y esencial. Y ahí se nos abre el camino para regular la prestación del servicio de conexión, que puede ser ofertado por el Estado, pero también por entes privados a través de concesiones públicas. Lo que no puede ser, es solamente privado o solamente estatal, sino mixto.
-¿Ve que la región acompaña el ejemplo brasileño del Marco Civil de Internet?
-No hay una ley ni siquiera parecida en ninguna parte del mundo. Hay leyes de neutralidad en Europa, en Chile y en otros países, pero no hay una ley de estas características. En este sentido Brasil está marcando el camino de un debate a seguir en la democratización de la comunicación de masas. Todo eso va a irradiar hacia otros países, como una experiencia que se va a escuchar cada vez más.
-En la Cumbre del G8 (Francia, 2011) que discutió el futuro de Internet estuvieron presentes Google, Facebook, Amazon. ¿Estaban allí como empresas económicas con fuertes prácticas monopólicas o representaban cierto uso libertario de Internet?
-No hay “blanco o negro” en estas empresas actuales. Google en muchas ocasiones está con la sociedad civil, planeando una Internet que se defienda del control estatal, de un uso de la información que no hace bien a la red y que atropella la pluralidad, la diversidad, la libertad. Pero muchas otras veces está en contra de nuestros reclamos, cuando pedimos que nuestra privacidad no sea manejada siempre como una mercancía. Pienso que en algún momento la confrontación va a ser muy fuerte. Es muy difícil que una persona entienda Internet sin pasar por Google, pero tiene que ser en un marco regulatorio. Por ejemplo, con la gestión de datos nosotros no queremos que esté permitido guardar los datos de aplicaciones, pero eso inviabiliza actividades como las de Google o Facebook. Ahí tenemos un problema: ese modelo ofrece un servicio gratuito, pero nos conecta a una base de datos, nos rastrea y nos analiza de todos lados. Entonces, queremos que haya una regulación sectorial: infraestructura, conexión y contenidos son sectores que de ningún modo pueden ser manejados por los mismos grupos.
-En el contexto del Marco Civil, ¿qué sucede con el acceso a los datos personales que muchas aplicaciones piden para permitir el acceso a sus prestaciones?
-Con el Marco Civil pudimos hacer algunas cosas pero otras no logramos impedirlas. Si usan mis datos yo puedo ir a la justicia y reclamar. No sé si voy a ganar, pero ahora hay un marco jurídico que me ampara para hacer el reclamo. La ley no prohíbe a Facebook guardar mis datos porque son cosas que estoy haciendo públicas. En cambio, mi comunicación privada –al menos en teoría– no la pueden capturar. Y si lo hacen, podemos hacer una demanda ante la justicia. El Marco Civil busca garantizar que Internet no vaya toda por el mismo lugar. Hay muchas empresas u organizaciones sin fines de lucro que están creando aplicativos open source que son una posibilidad diferente para los usuarios. Es muy difícil que eso se hegemonice pero el Marco habilita que puedan existir y sean una posibilidad más para la sociedad frente a quien nos toman como mercancía.
-¿Qué tipo de intereses estaban representados en la Net Mundial de San Pablo?
-Fue una cumbre multisectorial donde estaban los gobiernos, los empresarios, los técnicos y la sociedad civil no empresarial. Todos estábamos representados. Hubo temas vinculados a la vigilancia masiva que el gobierno de EEUU no permitió que aparecieran en el documento. Hubo cuestiones sobre la neutralidad que las corporaciones sacaron. Pero también estaba la comunidad de usuarios. Es una convivencia difícil, pero es la única forma de que nosotros estemos en la discusión del modelo de comunicación mundial y de proteger nuestro futuro.
-¿Cuáles fueron sus conclusiones de ese megaencuentro?
-El documento que se hizo es el más avanzado sobre comunicación de todas las cumbres internacionales. Menciona, por ejemplo, el espionaje masivo. No se combate, pero dice que existe. Entonces hay avances; pequeños, pero importantes.
-Como activistas, ¿sienten que la academia los acompaña y está a la altura de las circunstancias? ¿O está retraída y forma parte de las corporaciones antes que de la ciudadanía?
-En Brasil los académicos tienen una competencia sólida y nosotros precisamos que nos expliquen muchas cosas sobre lo que está pasando. Para el Marco Civil hicieron importantes contribuciones. En el CGI (Comité Gestor de Internet constituido por miembros del Gobierno, servidores de Internet, usuarios y la comunidad académica) su participación es muy buena. A veces están con nosotros, a veces no; pero comparten una preocupación por una red neutra, de todos, para que Internet siga siendo un espacio de diversidad, libertad y respeto.
-¿Cuál es el futuro de las redes libres frente a las redes corporativas?
-Las redes libres proponen una forma de interacción y de conexión que no esté controlada por intereses privados. Y, en este sentido, libran una batalla desigual. Porque no están suficientemente masificadas y porque en general requieren que los usuarios adquieran las competencias de un especialista. Pero las redes libres tienen que estar en Internet con todas las demás. Tenemos que manejar estas dos formas de comunicación dentro de un sistema donde el objetivo primero sea el interés público y no los intereses privados.
-Por último, Internet tiene una lógica de funcionamiento abierta, viral, rizomática… ¿Es posible deducir un modelo de poder o una estructura plausible de ser aplicada institucionalmente? Y en tal caso, ¿ve alguna expresión fuera de la red?
-Internet puede ser un espacio donde todos puedan compartir cosas. Pero la naturaleza de la herramienta, al mismo tiempo que nos entrega esta posibilidad, también nos entrega un control muy fuerte. En Brasil, a todos nos parecía imposible que se aprobase la Ley del Marco Civil, una ley que garantizase intereses públicos en contra de los intereses de las corporaciones y en contra de un estado de vigilancia, pero logramos hacerlo. Edward Snowden, era agente de una agencia de inteligencia norteamericana y ahora es el mayor enemigo del Imperio porque está diciendo cómo son las cosas. La información es vital para que la política cambie. Entonces, tenemos que enfrentar y disputar los intereses públicos contra los privados.
* Fernando Peirone y Eleonora Fernández forman parte del Programa de Saber Juvenil Aplicado (UNSAM) y del Círculo de Antropología Digital (UNSAM)
El sacrificio de Snowden no fue en vano
Por Esteban Magnani*
“Sólo temo una cosa al hacer todo esto: que la gente vea estos documentos y encoja los hombros, que digan, ‘suponíamos que esto estaba pasando’ y no le importe. A lo único que le temo es a hacerle todo esto a mi vida por nada”, decía Edward Snowden un par de días antes de tirar una bomba de información que torció el rumbo de la historia. Sin sus revelaciones, el Marco Civil de Internet, diseñado por numerosos actores de la sociedad civil, podría no haber doblegado al lobby feroz de la industria que ve en la red sólo una posibilidad de negocios con productores centralizados y consumidores pasivos y sin derecho.
Este paso importante puede servir de piso para una Internet gestionada en forma descentralizada, más democrática y con garantías para los usuarios. Pero la batalla no está ganada. En los EEUU la prensa está más preocupada por una caza de brujas contra quienes denuncian al gobierno, con el que buscan congraciarse, que por discutir realmente lo que significan las revelaciones. En otros países, como China, Internet es francamente una herramienta de control social.
Pero si bien queda mucho por pelear, Snowden podrá dormir tranquilo porque su sacrificio no ha sido en vano.
*Periodista, docente y autor de “Tensión en la red”