“Lo curioso de este desatado infierno del ciberbulling es que le presta una pantalla amplificadora a seres que desde el anonimato y sin ningún filtro previo encuentran un estrado multitudinario sin editores responsables y sin poder ser acusados ante un juez. Cuando se analizan casos de acoso que llegan a la justicia se ve que un alto porcentaje de mujeres ha recibido en las redes sociales comentarios insultantes, despectivos y de corte sexual de sus parejas, ex parejas o amigo, que derivan en situaciones de extrema violencia e incluso muerte, que podrían haberse previsto con una atenta lectura.”

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