El hermano de Raquel, Mariano, siempre envidió su suerte. Cuando eran jóvenes, le repetía y hasta reclamaba que ella sí podía recordar su casa, su infancia y a sus padres antes de que fueran desaparecidos durante la última dictadura. Sin embargo, cuando Raquel se animó a volver a la vieja casa donde se crio, ahora el nuevo hogar de su hermano, vio que estaba exactamente igual a cuando era ella quien vivía allí: Mariano y su mujer dormían en el cuarto de sus padres; y sus hijos, en el que ella compartía con él. En ese momento, se dio cuenta de que los recuerdos y también sus deformaciones, sus invenciones, podían llevarla a contar una historia; tiró con fuerza de esa punta que había descubierto, y se dio permiso para hacer un esfuerzo y volver. Su libro Pequeños combatientes es parte de ese esfuerzo;  un relato contado por una niña que revisa la violencia de los años 70, la tragedia de la cotidianeidad de quienes se encontraron desamparados, el miedo, la incredulidad y la compasión.

La historia de Raquel Robles es una de las tantas que se compartieron en el primer día del ciclo Narrativas de lo Real – Historias y Memorias, organizado por el Programa Lectura Mundi de la UNSAM, una serie de encuentros destinados a discutir los modos en que la literatura interpela la realidad a partir del diálogo con diversos ámbitos de conocimiento. “Buscamos leer el mundo como sinónimo de hacerlo. Nos preguntamos además qué es la vida universitaria y cómo se configura una comunidad porque queremos salir más allá de los muros”, destacó en el acto inaugural el sociólogo Mario Greco, director del programa.

Junto a Robles, hablaron sobre el yo narrativo, sobre cómo seleccionaron qué contar y qué callar los escritores Félix Bruzzone (Los topos), Julián López (Una muchacha muy bella), Ernesto Semán (Soy un bravo piloto de la nueva China) y Laura Alcoba (La casa de los conejos – vía Skype), quienes además se animaron a hablar de sus vidas, de cómo fue empezar a escarbar en sus identidades y en el destino de sus familiares.

También se presentó una mesa interdisciplinaria de académicos de la Universidad que buscó indagar en las interpretaciones de la realidad, en lo que llamamos memoria y cómo se construye. Moderados por el escritor italiano Bruno Arpaia, el historiador Claudio Ingerflom, la neurobióloga Diana Jerusalinsky, la psicoanalista Damasia Amadeo, la socióloga Micaela Cuesta y el filósofo Ricardo Ibarlucía hablaron respecto de los recuerdos y de las significaciones que cada disciplina le otorga.

El ciclo continuó con un diálogo sobre Historia y Narración entre la historiadora Florencia Levin, la socióloga María Pía López, los escritores Bruno Arpaia y Ernesto Semán, la politóloga Verónica Gago (politóloga), moderado por Mario Greco, y con la mesa Representar la(s) historia(s), que contó con las presencias de Fernando Rubio, dramaturgo; Mercedes Fidanza, artista visual; Sebastián Hacher, cronista; Ernesto Semán, Ángela Urondo y Mariana Eva Pérez, escritores.

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