En el marco del 2º Simposio Internacional de Fotografía en América, el especialista en historia del daguerrotipo de la Universidad de Rochester dio una clase magistral sobre los inicios de la fotografía en Estados Unidos. Organizado por la Maestría en Historia del Arte Argentino y Latinoamericano del IDAES y con el auspicio de Terra Foundation for American Art, a lo largo de dos jornadas el evento reunió a 20 especialistas de Europa, Estados Unidos, América Latina y Argentina.
Por Camila Flynn
“Hacer bien cosas pequeñas es mucho más difícil que hacer bien cosas grandes”, dijo Grant Romer al inicio de su exposición en el Teatro Tornavía el miércoles 22 en la apertura del 2º Simposio Internacional “Fotografía en América, Norte y Sur: perspectivas comparadas”.
Hablaba sobre el tamaño de las primeras fotografías hechas en Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX. Experto en la historia del daguerrotipo, Romer se detuvo en los retratos hechos para ser vistos con una lupa de bolsillo entre 1850 y 1860 en América del Norte: “Cuando observamos estas imágenes de cerca descubrimos una nueva dimensión de lo fotográfico, una estética que los críticos de arte contemporáneo no han sabido valorar”, dijo el especialista de la Universidad de Rochester. Y explicó que no se trata de presentaciones primitivas, como muchos las definieron, sino todo lo contrario: “En cada daguerrotipo descubrimos una maravilla”
Presentado en 1839 por François Arago en la Academia de Ciencias de París, el daguerrotipo fue el primer proceso fotográfico de aplicación práctica. Se trató de un procedimiento único –descubierto por Nicéphore Niépce y Louis Daguerre en 1829- mediante el cual se obtenía una imagen en positivo a partir de una placa de cobre recubierta de yoduro de plata. Revelada con vapores de mercurio, la imagen final se protegía de la abrasión con un cristal sellado.
“Alguien en 1850, en Estados Unidos, comprendió lo que era la fotografía en su dimensión más pura y directa, y la practicó. Allí no había planificación de la escena: todo es aire, luz, sustancia, textura, vitalidad. Cualidades obtenidas por el proceso mismo. Cincuenta años después, la fotografía de retrato no tuvo nada más que ofrecer: las imágenes se aproximaron a la pintura y el dibujo”, explicó Romer.
“¿Tiene esta fotografía “pura” un valor especial para nosotros? Para la mayoría de la gente, no. Ni siquiera los especialistas en fotografía lo perciben. La daguerrotipia ha sido desestimada y seriamente incomprendida. La representación historicista del daguerrotipo malinterpretó sus capacidades o las caracterizó mal en forma deliberada”, sostuvo, y relacionó la falta de valor con la abundancia de piezas que se conservan: “Puestas en serie resultan monótonas: casamiento, graduación, bautismo, papá, mamá, hijo, hija…etc. Pero vistas por separado, son una maravilla en sí mismas”.
Especialista en historia de la fotografía y del daguerrotipo, hasta el 2009 Romer dirigió el Advanced Residency Program in Photograph Conservation del Museo Internacional de Fotografía y Cine ‘George Eastman’, desde donde contribuyó al desarrollo profesional de muchos de los especialistas que hoy lideran el campo.
“No crean que en la historia de la fotografía la técnica fue progresando. Habrá mejorado para algunos, pero no para todos; en algunos aspectos, pero no en todos. La fotografía actual no es ni más permanente ni más hermosa, ni más barata o sencilla de obtener. Puedo garantizarles que en diez años verán una forma nueva de fotografía. Y lo mismo diez años después. No sé cómo, pero sí sé por qué: cualquier cosa que permanece por más de veinte años se pone vieja. La cantidad de fotos que hoy se sacan por día equivale a la cantidad total de fotos producidas en todo el siglo XIX. Esto es: 300 billones de fotos por año. Y si bien la generación de imágenes a través de químicos (chemical imaging) fue abandonada, hoy todavía tenemos una memoria viviente de este arte”, concluyó el historiador.
Entre los invitados y expositores del encuentro, estuvieron la doctora Laura Malosetti Costa, directora de la maestría e investigadora del CONICET, la profesora del IDAES María Isabel Baldasarre, la mexicana Deborah Dorotinsky, de la Universidad Nacional Autónoma de México y Juan Travnik, director de la Diplomatura en Fotografía de la Universidad Nacional de San Martín. Entre otros temas, a los largo de las dos jornadas, se presentaron ponencias y debates sobre la lectura de los archivos documentales, la nostalgia del siglo XIX, las miniaturas fotográficas, la fotografía astronómica, y los usos sociales y políticos de este arte.
Gran Romer dictara una conferencia en el IDAES – UNSAM en Parana 145 – 5 piso el miércoles 29 a las 20 hs.