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“El porvenir de las universidades”: segundo encuentro con Jacques Rancière

El martes 16 el filósofo francés participó del coloquio ‘El porvenir de las universidades’, acompañado por el rector de la Universidad, Carlos Ruta; el secretario académico, Alexandre Roig; y el director del Programa Lectura Mundi, Mario Greco. A sala llena, los invitados discurrieron sobre el futuro de las universidades en contexto de globalización, la posibilidad del disenso en el ámbito académico y la importancia de las experiencias emancipadoras en relación al conocimiento.

Tras la presentación de Mario Greco, quien definió a la obra del filósofo como un manifiesto o programa radical que -se espera- influya en las agendas del porvenir de las universidades, Alexandre Roig sostuvo: “Creo que este intercambio tiene sentido si Rancière nos critica desde sus propias categorías. Sus textos cuestionan la academia tal como es. Y en este sentido me parece que la mejor forma es exponernos a la crítica más pura. El ejercicio que propongo es que analicemos cómo sus ideas podrían inspirarnos para pensar las universidades sin morir en el intento”.

A su vez, Carlos Ruta introdujo la pregunta ¿qué es hacer la universidad? y desarrolló una reflexión en torno a la potencia transformadora de los proyectos que, en el caso de la UNSAM, cristalizaron en experiencias concretas, tanto en la dimensión de las individualidades como en la colectiva y la territorial. Al respecto, trajo como ejemplos las experiencias de la universidad con la cárcel, las asociaciones civiles y las fábricas recuperadas del conurbano, cuyas derivaciones aportaron nuevas formas de conocimiento. “Hay algo común, o debe haber algo común, con el afuera, aquello otro que no es la universidad. Sin ese elemento común, la universidad pierde mordiente, fuerza, densidad”, sostuvo.

En sintonía con dichos planteos, Rancière expresó: “Toda institución es, en alguna medida, un espacio de encuentro separado del afuera, que constituye no sólo una función social sino también un espacio indeterminado donde las funciones pueden transformarse. En realidad, alumnos y profesores se sitúan en espacios que no están predeterminados. Hay momentos de desvío en donde tanto unos como otros no hacen lo que se espera de ellos. En este sentido, es necesario decir dos cosas: en primer lugar, que hay una universidad
que es engranaje de un sistema social desigual. Pero además hay una universidad que funciona como un entorno de encuentro no predeterminado, donde pueden inventarse caminos nuevos”.

En relación a esta dinámica de tensiones y contradicciones que hoy configuran el espacio académico, también sostuvo: “Siempre hay una separación entre una función y una voluntad o deseo de hacer algo distinto. Se trata de un juego entre estas dos universidades. No se trata de destruir la universidad actual sino de ver en ella la presencia de esta relación. Siempre hay, al mismo tiempo, un contrapunto entre la igualdad y la desigualdad.

Se trata, si se quiere, de inclinar la balanza de un lado o de otro. Esto es el disenso. Un espacio sensible y organizado para que la relación igualitaria tome la delantera por sobre la desigual. El disenso debe dejar espacios libres para que otras formas del saber y la investigación puedan producirse. Es abrir vías para que lo que ocurre en la universidad entre en contacto con experiencias que suceden en otro lado”.

La actividad se llevó a cabo el martes 16 a las 11:00, en el Auditorio Lectura Mundi de la UNSAM.

Agenda completa de actividades: www.unsam.edu.ar/lecturamundi/2012/09/10/ranciereunsam/

Nota actualizada el 18 de octubre de 2012

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