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El programa fue presentado en el Auditorio Lectura Mundi, donde el director nacional de Gestión Universitaria, Jorge Steiman, dio una conferencia sobre el estado actual del sistema universitario argentino.
El ex rector de la Universidad, Daniel Malcolm, fue el encargado de explicar ayer al auditorio, que incluía al vicerrector Daniel Di Gregorio; al secretario de Investigación Aníbal Gattone; al decano de Humanidades, Enrique Corti, a su par de Ciencia y Tecnología, Francisco Parisi; y al director del Programa Lectura Mundi, Mario Greco, entre otras autoridades académicas,-el doble motivo del encuentro: por un lado, presentar el Observatorio de Educación Superior y Política Universitaria de la UNSAM y por el otro, el programa del Diploma de Estudios Avanzados en Educación Superior.
Sobre el primero, Malcolm dijo que “es un pequeño órgano de la Universidad” que ya se ocupa de varias cuestiones, como la propuesta para que la UNSAM comience a funcionar con un sistema de créditos. De la creación del diploma, el ex rector dijo que “brinda una oportunidad de formación a todos los integrantes de la UNSAM, tanto docentes como no docentes, que contribuye a mejorar la prestación laboral y a despertar la inquietud por una institución de tanto peso en la historia de la humanidad como es la universidad”. “Nuestra idea es que este curso lo haga toda la universidad con el paso de los años. Es una diplomatura que recorre aspectos que consideramos esenciales para comprender la vida universitaria y una oportunidad para que el personal interactúe entre sí”, indicó.
Luego, presentó la ponencia La universidad argentina, estado de la cuestión del licenciado Jorge Steiman, profesor de la UNSAM y titular de la Dirección Nacional de Gestión Universitaria, quien aclaró que las cuestiones principales que eligió para desarrollar refieren al corte institucional, a la autonomía como problema central y crucial en la vinculación institución-Estado, a la calidad y a lo académico-curricular.
Steiman dio un panorama general de las universidades del país y explicó que son dos los tipos de establecimientos: la universidad, que tiene una amplia oferta en varias áreas y puede ser nacional, provincial o privada; y los institutos universitarios, cuyas ofertas se reducen a un área disciplinar específica y pueden ser estatales o privados. “En la Argentina, el sistema cuenta con 121 instituciones en total. Son 47 universidad nacionales, 7 institutos universitarios estatales, 2 universidades provinciales, una universidad internacional, una extranjera, 50 universidades privadas y 12 institutos universitarios privados”, dijo.
Contó que son más de 1.700.000 los alumnos que ingresan al sistema universitario cada año y que pese a que las instituciones privadas son más numerosas, más de 1.300.000 elige entidades estatales y mostró su preocupación por la baja relación estudiante-egresado.
Respecto de la cuestión de la autonomía de las universidades, el responsable de la Dirección Nacional de Gestión Universitaria se preguntó si la regulación va en contra de la misma. “Ser autónomo significa entre otras cosas que puede elegir sus autoridades, administrar sus bienes y recursos, y formular planes de estudio e investigación”, dijo. Ante esta situación, habló de los conflictos que se presentan por ejemplo cuando la matricula no responde a las necesidades del país. “En ciertas zonas hay muchos abogados y psicólogos mientras que lo que la Argentina necesita son más ingenieros. Aquí hay un punto que pensar”, indicó.
Asimismo, se refirió a las instancias en las que el Estado sí se hace presente, como cuando una carrera es declarada de interés público porque su ejercicio profesional puede poner en riesgo de modo directo la salud, la seguridad, los bienes, los derechos o la formación de los habitantes. Entonces, el Estado fija los contenidos y las cargas prácticas.
Después se encargó de las cuestiones cualitativas del sistema universitario argentino y nombró a la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), responsable de que las carreras de interés público estén sometidas a procesos de acreditación. Además, resaltó como un logro que el país sea el único de la región latinoamericana que cuenta con medidas de seguridad en los diplomas por parte del Estado para evitar falsificaciones y que cuente con una base pública de egresados para verificar si los títulos son válidos.
Para finalizar, Steiman enumeró una serie de cambios en lo académico-curricular: el incremento de conocimientos de cultura general, nuevos formatos en los planes de estudio, programas compartidos entre unidades académicas y prácticas, y el creciente vínculo entre currícula, investigación, extensión y transferencia, cuestiones muy presentes en la UNSAM.
Me parece interesante y necesario para actualizar el conocimiento acerca de las necesidades de la universidad tanto para mejorar la prestación profesional como para crear nuevas inquietudes que favorezcan la actividad docente.