El historiador mexicano, Doctor Honoris Causa de la UNSAM, brindó ayer una charla en el Auditorio Lectura Mundi sobre el polémico escritor y político. Luego formó parte de un debate en el que también participaron los investigadores Horacio Crespo y José María Casco.
Javier Garciadiego dio ayer una conferencia en el Campus Miguelete en la que se refirió a José Vasconcelos, el abogado, político, escritor, educador, funcionario público y filósofo mexicano a quien considera “el intelectual más importante del México del siglo XX”.
El historiador dijo que para hablar de la cultura de su país prefería hacerlo por medio de este personaje porque en 2012 cumpliría 130 años, y también porque “definió la relación entre el Estado y los intelectuales”.
Garciadiego describió a José Vasconcelos como “un hombre polémico, de claroscuros, contradictorio. Pasó a la historia como un hombre de cultura, un gran educador, pero también como un hombre con muchos giros”. “Comenzó su vida política como uno de los intelectuales de Francisco Ignacio Madero, un político mexicano contrario al gobierno de Porfirio Díaz y partidario de la revolución mexicana de 1910, y la terminó como defensor de dictadores”, dijo.
Ni bien se recibió de abogado, Vasconcelos se involucró en la fundación del Ateneo de la Juventud, en 1909, una reunión de jóvenes que se juntaban para recibir una educación complementaria basada en lectura y conferencias públicas. Era un grupo crítico del positivismo, leían a Platón, a Schopenhauer, a Nietzsche y a William James. “Vasconcelos quería un cambio en el sistema político mexicano, quería que los jóvenes pudieran participar”, dijo el historiador.
En 1920 fue rector de la Universidad Nacional, lo que en ese momento significaba la instancia educativa de mayor importancia. “Quiso crear la Secretaria de Educación y lo logró en un año. Intentaba difundir el arte y la cultura. Los compromisos educativos y culturales de los mexicanos de hoy en día son herencia de este proyecto”, dijo Garciadiego.
Vasconcelos estaba convencido de que la cultura curaba, purificaba, por lo que se dispuso a impulsar la música, el teatro y la pintura. Otro punto elemental de su gestión fue su campaña de alfabetización. En esa época México tenía cerca de un 80 por ciento de analfabetos.
Luego intentó ganar una gobernación, que no logró. Se exilió y pasó mucho tiempo en los Estados Unidos, España y la Argentina. Al regresar a su país en 1940, su ideología había virado. “Se había convertido en un enemigo de los políticos vinculados a la revolución que antes había apoyado, se volvió pronazi. Fundó una revista antisemita y fue partidario de dictadores”, contó el Doctor Honoris Causa de la UNSAM.
Para finalizar su ponencia, Javier Garciadiego dijo que por todo esto “Vasconcelos definió la política educativa y cultural mexicana del siglo XX hasta hoy”. Así dio paso al debate, que contó con la participación de la audiencia que se había acercado al auditorio y de los investigadores de la UNSAM, Horacio Crespo y José María Casco.