Estuve muy nerviosa. No eran únicamente mis expectativas, sino que estaban involucradas también las de los profesores. Mi compromiso era doble; no sólo el de defenderme a mí sino a un montón de gente que me había ayudado a llegar hasta acá.

Tu tesina se llama “Sin donante no hay trasplante. Una mirada al trasplante desde la reciprocidad”. ¿Cómo llegaste a este tema?

Fue a partir del texto teórico clásico del sociólogo Marcel Mauss, uno de los padres de la etnología francesa: Ensayo sobre el don, donde dice que no hay dones puros sino que siempre existe una motivación detrás. Bueno, yo quise encontrar un caso en el que por lo menos aparentemente no fuese así y pensé así en la donación de una parte del cuerpo, que es una entrega altruista.

Andrea Florez Medina y Alejandro Grimson

¿Cómo fue la preparación del trabajo?

La verdad es que a veces fue frustrante. Es un campo muy fértil, muy productivo aquí en la Argentina, entonces yo iba y descubría ocho millones de cosas que pensaba eran buenísimas y llegaba y el doctor Gabriel Noel, el director de la tesina, me instaba a separar la paja del trigo. Fue un proceso de mucho corte. Fueron dos años en los que conseguí mucha información y recibí ayuda tanto de mis profesores como de mis compañeros.

¿Cómo resumirías tu paso por la UNSAM?

Fue bárbaro, estoy muy contenta. Al ser de la primera camada había mucha interacción entre docentes y alumnos, y eso ayuda mucho a lo largo de la carrera.

Andrea defendió su tesina frente a compañeros, profesores y autoridades del IDAES, entre los que se encontraban el decano Alejandro Grimson, la doctora Karina Bidaseca y el secretario académico Alexandre Roig.