La escritora, doctorada en Literatura Comparada en la Universidad de California y radicada en la Argentina desde 1995, disertó en la sede del IDAES. Fue presentada por la socióloga Karina Bidaseca como parte del Ciclo de Conferencias AnteSala del Primer Congreso de Estudios Poscoloniales y II Jornadas de Feminismo Poscolonial bautizado “Cruzando puentes: Legados, genealogías y memorias poscoloniales”.
Nacida en 1962 en Shreveport, una pequeña ciudad al norte de Louisiana, y criada en la ciudad de New Orleans, Anna Kazumi Stahl es hija de madre japonesa y padre estadounidense, descendiente de alemanes. En consecuencia creció en medio de la mezcla de culturas. Vino a la Argentina por primera vez en 1988 para aprender el castellano rioplatense en el marco de estudios de posgrado en Berkeley. En 1995, ya doctorada, se radicó en Buenos Aires, donde enseña letras, realiza traducciones y escribe narrativa.
La autora de Flores de un solo día (2007) y Catástrofes naturales (2002) planteó esta vez su conferencia con el título Las montañas sólo duermen un rato: la escritura y la vida de las mujeres en Japón.
Comenzó explicando que todas las escritoras japonesas de las que hablaría “provienen de un background progresista, ninguna de ellas fue autodidacta. Tuvieron una educación bastante privilegiada y sin embargo fueron activistas feministas”.
Las escritoras cuyo trabajo revisó fueron: Murasaki Shikibu, del siglo XI, que narró la historia de Genji (considerada la primera novela en el sentido moderno), y mientras escribía con los ideogramas de Kanji (reservado para los letrados) decía que eso no le estaba permitido. De ese modo produjo un gesto doble: por un lado remarcaba la obediencia y por el otro la línea de la prohibición. “Estas mujeres se consagraron como grandes talentos a pesar de que no les estaba permitido escribir”, dijo.
A renglón seguido habló de dos escritoras del siglo XX, Akiko Yosano y Furmiko Enchi. La primera, con su poesía tanka de gran sensualidad y un manejo elevado del japonés literario. La segunda, escribiendo novelas que hablan con ironía de la igualdad de los sexos.
Kazumi cerró mencionando a la escritora nacida en 1949 Minae Mizumura, enviada por su padre a la escuela pública norteamericana. Cuando volvió a Japón, Minae Mizimura decidió no sólo hacerse escritora sino también escribir desde su realidad de mujer educada en otra cultura. Según Kazumi Stahl, esta artista siente que el japonés está en peligro de extinción y propone aumentar la cantidad de Kanjis (ideogramas) que se enseñan en la escuela secundaria para proteger el idioma.
El IDAES, con el auspicio de CLACSO y la Biblioteca Nacional, reúne dos actividades que se llevarán a cabo en forma simultánea: el Primer Congreso de Estudios Poscoloniales y las II Jornadas de Feminismo Poscolonial, “Cruzando puentes: Legados, genealogías y memorias poscoloniales” a realizarse el 5, 6 y 7 de Diciembre de 2012 en la Biblioteca Nacional.