La doctora en Estudios Hispánicos de la Universidad de California e investigadora de la Escuela de Humanidades de la UNSAM habló sobre el ciclo de protestas ambientales en Latinoamérica, definido en la actualidad por la coincidencia de reclamos ante el desarrollo de la megaminería, los cultivos transgénicos y la energía nuclear. Controversias que, desde principios del siglo XX, encontraron reflejo en la literatura.
“La historia tiene cuatro personajes centrales: un recurso natural, un explotado, un explotador extranjero y un cómplice local. La historia que se cuenta es que si ese explotador extranjero no es detenido en su acción, va a explotar los recursos naturales y sociales hasta la extenuación. La única respuesta posible es la rebelión. Para nuestra generación es la historia de Las venas abiertas de América Latina. Lo que uno ve allí es un retomar la manera de contar la historia que se había hecho a principios del siglo XX. (…) Es un relato de América latina como la historia de un despojo, despojo que tiene como agente a un personaje internacional”.
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