La empleabilidad autopercibida sufre un deterioro en relación a la medición de septiembre. La evolución que se tiene del desempleo, sin embargo, exhibe una mejoría cuando se la compara con el resultado registrado en la última medición. Los indicadores concercientes a la capacidad adquisitiva son los que alumbran los mayores niveles de preocupación.
La actividad estará a cargo de Joaquín Aparicio Tovar, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Castilla-La Mancha (España). Será el martes 14 de noviembre a las 18 en el auditorio del quinto piso del Edificio Volta (CABA). Gratuita y sin inscripción previa.
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Durante el último año se ha instalado en el eje del debate sociolaboral la necesidad —o no— de llevar a cabo una reforma de las normas y de los institutos que conforman el sistema de relaciones laborales argentino. Este tema, que ocupa a muchos y preocupa a otros, toma mayor relevancia en el último tiempo debido a la reforma implementada en Brasil y a los reiterados planteos del Gobierno nacional y de los empresarios sobre la necesidad de reformar las leyes laborales para “mejorar” las reglas del mercado de trabajo y la competitividad de la economía.
Los indicadores de septiembre evidencian una mejora en la percepción de la opinión pública sobre el mundo laboral en relación con las mediciones de junio y febrero. En este contexto, el Indice de Incertidumbre Laboral (IDIL) se redujo 1,2 puntos porcentuales en relación con febrero. La empleabilidad autopercibida continúa en terreno crítico: 4 de cada 10 encuestados creen que el desempleo aumentó y el 52 % estima que sus ingresos van a crecer por debajo de la inflación. La reforma laboral sigue siendo vista como una amenaza.