Conocida por sus deliciosas comedias sobre el mundo femenino (“Soy Linda”, “Nadie me quiere”) la directora alemana Doris Dorrie nos regaló también esta emocionante película acerca del sentido de la vida en la tercera edad, cuando parece que se ha dado y dicho todo, además de celebrar la apertura cultural como una experiencia sanadora. La historia es la de un matrimonio alemán que no logra establecer el vínculo con sus hijos y sus nietos, situación que empeora cuando uno de ellos (la mujer) muere, legándole a su viudo su pasión por la danza japonesa Butoh. En aquel país vive otro de sus hijos que recibirá la no muy deseada visita de su padre que está en la búsqueda de un consuelo por la pérdida de su mujer. Con estos elementos Doris Dorrie logra un film de enorme estatura poética y, aunque parezca imposible entre tanta tristeza, honestamente esperanzador.

Apta 13 años. Entrada libre y gratuita