Ciencia ficción, humor negro y erotismo en la película francesa que sorprendió a todos allá por el año 1991. En una ciudad arrasada por algún evento apocalíptico ha quedado en pie un edificio derruido en el que sobrevive un puñado de singulares personajes. Uno de ellos es un brutal carnicero que ejerce un cínico poder sobre los demás. Una película que fascina por su estridente tratamiento visual y por su utilización del sonido. Del director Jean Pierre Jeunet, autor años después de la famosa Amelie.