El director Kevin Smith en la película que lo convirtió en el niño prodigio de la comedia independiente americana. Alrededor de un kiosko almacén se aglomeran las anécdotas de varios personajes singulares, siempre intentando sostener sus inestables relaciones amistosas, amorosas y laborales. Un humor cáustico e irreverente como nunca se había visto en el cine y que fue celebrado en el mundo entero hasta convertirse en un verdadero film de culto.