Históricamente, el sector del transporte en sus diferentes modalidades ha tenido escasa participación femenina tanto en puestos operacionales como directivos.
Según una encuesta publicada por el BID en 2014, la Argentina cuenta con un 9 % de representación femenina laboral en el rubro transporte. Esta cifra resulta significativamente baja en comparación con otros países de la región.
La experiencia de Adriana Blanco, egresada de la Tecnicatura Universitaria en Administración y Gestión Ferroviaria del Instituto del Transporte de la UNSAM, refleja la realidad a la que se enfrenta una mujer al ocupar un puesto operacional dentro de una empresa de transporte ferroviario.
Blanco tiene 56 años, comenzó a trabajar a los 18 años en la línea Belgrano de la empresa Ferrocarriles Argentinos. Durante los primeros 16 años de trabajo en los ferrocarriles se desempeñó en el área de recursos humanos como liquidadora de sueldos hasta que, en los noventa, fue transferida al área de infraestructura ferroviaria —sector históricamente integrado en su mayoría por hombres—, en la que actualmente se encuentra desempeñando funciones.
El traslado de un sector a otro no fue sencillo: “Fue bastante traumático, me costó adaptarme a las nuevas tareas, pero siempre tuve ganas de aprender y dar lo mejor de mí”. Cabe suponer que en ese contexto de trabajo pudo haber existido, de algún modo, resistencia por parte de sus compañeros, desvalorización hacia su persona o discriminación, pero Blanco aclara: “El trato siempre fue respetuoso y siempre hubo muy buena predisposición de mis compañeros”. A la pregunta de si sufrió alguna experiencia discriminación, cuenta: “En algún momento, sí; pero lo tomé como un desafío y logré demostrar que si uno quiere incursionar en tareas que por tradición son exclusivas de los varones, el género en realidad no importa”.
Hacia 2012, por recomendación de sus compañeros, Blanco decidió anotarse en la Tecnicatura del IT. “Por circunstancias de la vida, en su momento no pude estudiar. Era algo pendiente. Volver a estudiar para profundizar en lo que trabajo y realmente amo me pareció de suma utilidad”.
Según el Anuario publicado por la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación Argentina en 2013, los datos estadísticos en el ámbito académico revelan que, durante ese año, los estudiantes de carreras universitarias de pregrado y grado conformaban un total de 1.830.743, tanto en el ámbito estatal como el privado. De ese número, el 57,3 % eran mujeres. Sobre un total de 425.650 inscriptos ese mismo año, el 57,2 % eran mujeres y, sobre un total de 117.719 egresados, el 61.9 % fueron mujeres. Estas cifras demuestran una amplia mayoría de participación femenina dentro del ámbito universitario.
Si se enfocan las estadísticas en carreras específicas del campo del transporte, los datos reflejan un incremento progresivo de ingresantes a las carreras que dicta el Instituto del Transporte. En 2009, las ingresantes mujeres a las tecnicaturas ferroviarias conformaban un 7,3 %. Si se compara la cifra anterior con las últimas estadísticas del año 2015, encontramos que hubo un aumento al 23 % en la inscripción. Estos datos dan cuenta del crecimiento del interés femenino por formar parte de estas carreras tradicionalmente orientadas a los hombres.
Para Blanco, lo aprendido durante la cursada contribuyó a su desempeño y competitividad laboral. “Actualmente, soy coordinadora de Obras y recorro e inspecciono las obras que se están ejecutando. Me encanta tener contacto con los operarios de vía y los inspectores, y ver in situ todas las tareas inherentes a la infraestructura. Así voy enriqueciéndome y aprendiendo de las personas que tienen mucha experiencia. También tuve el honor de que el IT me convocara como ayudante para la cátedra de Administración de Servicios de Cargas”, cuenta orgullosa.
El análisis de las causas y la formulación de políticas que expliquen estos fenómenos en el mundo del transporte pueden y deben ser abordados desde enfoques multidisciplinarios de investigación. La incorporación de estos puntos de vista al campo del transporte desde la perspectiva de género sin duda reclama un lugar en la agenda de la producción de conocimientos. Es innegable que aún queda un largo camino por recorrer y es un compromiso de la formación universitaria que brinda este Instituto que ese camino hacia la equidad se consiga desde la práctica, la constancia y la reflexión colectiva.