En una columna de la sección Opinión, la politóloga e investigadora de la Maestría en Cooperación Internacional de la UNSAM analizó el discurso dominante sobre la violencia de género y desmitificó los relatos que la asocian a la pobreza.
“El primer mito es que la violencia de género es un problema de los pobres, de las zonas marginales de la ciudad y del campo, que crearían condiciones especiales de cultivo de prácticas violentas.
Un segundo mito es que el conocimiento académico y el nivel cultural son un antídoto suficiente contra la posesividad y el desprecio al cuerpo de las mujeres y su autonomía.
Los casos notorios de los últimos años sobre los crímenes contra las mujeres muestran que entre los agresores y homicidas hay hombres ricos y famosos, poderosos que suelen usar la riqueza, la fama u otros recursos como el prestigio y la imagen pública frente a su círculo social para controlarlas y silenciarlas”, dijo la politóloga en la sección Opinión del diario Clarín.
Para ver nota completa: http://www.clarin.com/opinion/familia-causo-muertos-mafia_0_760124074.html