El miércoles 4 de septiembre en el Museo del libro y la lengua, los investigadores Marina Franco y Leandro Losada, autores de la colección Conocimiento y discusión pública de UNSAM Edita debatieron, desde una perspectiva histórica, sobre la democracia, la tradición liberal y el anticomunismo en la Argentina. La conversación fue moderada por el secretario de Cultura, Comunidad y Territorio de la UNSAM, Mario Greco, también director de la colección junto con Leandro Losada.
Mario Greco presentó la colección, los libros que la integran y a los autores de la mesa, a quienes definió como personas “que le dedican la vida a la investigación histórica”, algo que “genera valor cultural en un momento de ofensiva sobre los trabajadores del conocimiento”. Y destacó: “es importante divulgar lo investigado en estos tres libros de la colección porque significan una posibilidad de intervención pública, por lo tanto política y necesaria”.
Leandro Losada, autor de Liberalismo y democracia en la Argentina. Claves de una relación sinuosa, planteó la tesis central de su libro: “el liberalismo del siglo XIX legó un Estado, pero no una cultura política liberal”, a la cual entiende como “una forma de convivencia política en la que el pluralismo es un valor”. Esta falta de pluralismo es para Losada, una de las herencias más problemáticas de la historia de la democracia en la Argentina. Es por ello, que el autor propone remontarse a la tradición liberal del siglo XIX para pensar a largo plazo el problema de la convivencia política y de las dificultades de las democracias liberales.
Marina Franco, autora de Fantasmas rojos. El anticomunismo en la Argentina del siglo XX -junto a Ernesto Boholavsky- de , a su vez, contó que en su libro surge de una preocupación como historiadora y propuso pensar al anticomunismo como un hilo conductor para entender la historia del siglo XX en la Argentina. Pero Franco encontró que el presente confirma la hipótesis y la resignifica, ya que distintos líderes políticos en el mundo se proclaman anticomunistas. La autora definió al anticomunismo como “un mecanismo ideológico que transforma la diferencia al adversario en un enemigo y por lo tanto, se lo podría eliminar” y explicó que Fantasmas rojos “es un significante vacío”, cuyo contenido puede ser llenado por cualquier aspecto “que inspire temor a la ruptura del orden dado”. Si a principios del siglo XX los fantasmas rojos estaban ligados a la protesta social, al movimiento obrero, a los sectores populares y la inmigración, actualmente podrían ser pensados como el cambio climático, el feminismo, la inmigración o la defensa del Estado.