CUSAM, Escuela IDAES, Programa de Desarrollo y Articulación Territorial
Del 26 al 28 de abril, más de 25 universidades de Latinoamérica, Europa, Estados Unidos y África se reúnen en la UNSAM para intercambiar experiencias y miradas sobre cómo la universidad transforma la cárcel, pero también sobre cómo la cárcel transforma la universidad. El programa incluirá mesas de trabajo, talleres, performances, presentaciones de libros y muestras de arte. El evento cuenta con el apoyo y la participación de la Red Universitaria Nacional de Educación en Contexto de Encierro.
Faltan pocas horas para que la cárcel abra sus puertas de modo metafórico y también real.
¿Por qué metafórico? Porque Abrir la Cárcel es el nombre del Primer Encuentro Internacional de Educación Universitaria en Contexto de Encierro que durante tres días reunirá a docentes, gestores culturales, coordinadores de programas universitarios y estudiantes para intercambiar experiencias y miradas sobre el trabajo y el estudio en cárceles nacionales y de distintas ciudades de América Latina, Norteamérica, Europa y África.
¿Por qué real? Porque una de las sedes de este encuentro será el CUSAM, el Centro Universitario de la UNSAM ubicado en la Unidad 48 del Centro Penitenciario Conurbano Norte. “Quizá el aspecto más trabajado sea cuánto impacta la universidad en las cárceles. Acá buscamos también el ida y vuelta, saber cuánto modifica a la universidad la educación en contexto de encierro”, explica Marcos Perearnau, director del CUNSAM y gestor de este encuentro.
El proyecto surgió el año pasado durante un congreso organizado por la Red Universitaria Nacional de Educación en Contexto de Encierro (UNECE) de la Argentina, a partir de una convocatoria del Bard Prison Intiative (BPI), un programa del Bard College de Nueva York. La novedad de este encuentro es que brindará la oportunidad para mirar de cerca las distintas particularidades en los modos de trabajo no solo de universidades en cárceles de nuestro país, sino de otros lugares del mundo. “Hay muchos problemas comunes, pero también muchas estrategias singulares”, destaca Perearnau.
Una de las particularidades del CUSAM, por ejemplo, es que en las clases pueden estudiar personas que están privadas de su libertad junto con trabajadorxs del Servicio Penitenciario. Esa característica puede llevar a que un estudiante sea el ayudante de una materia y corrija el parcial de un agente que lo vigila. “El desafío –dice Perearnau– es trabajar junto con otras redes del mundo”.
Otra distinción del CUSAM es el trabajo y la perspectiva territorial de la cárcel: se piensa el emplazamiento de la cárcel en el territorio, en articulación con el barrio, las escuelas, las organizaciones sociales, las empresas recuperadas y las cooperativas de reciclado. Por eso, la tercera jornada de este encuentro tendrá como sedes la Escuela Secundaria Técnica de la UNSAM, el Merendero Los Amigos y la Biblioteca Popular La Carcova, que fundó Waldemar Cubillas hace más de ocho años. Cubillas, que decidió estudiar Sociología en el CUSAM cuando estaba detenido y fue el mejor promedio de la carrera —incluso, más allá de los muros— hoy también trabaja en el Programa de Derechos Humanos. Al respecto, Perernau destaca: “Si la cárcel como dispositivo aísla a los individuos, interrumpe los lazos familiares y los lazos sociales, nuestro objetivo es justamente lo contrario, tratar de rearticular todos esos lazos —en este caso, universitarios—, sobre todo para poder acompañar mejor la trayectoria de nuestros estudiantes, conocerlos, estar más cerca”.
Nancy Salvatierra lleva doce años como docente de Teatro del Oprimido en contexto de encierro, trabaja en el Programa de Desarrollo y Articulación Territorial de la UNSAM y es miembro del Colectivo de Mujeres Osadía de la zona del río Reconquista. Para ella, el gran desafío es poder tejer un puente de doble mano para que los saberes choquen, se crucen, se transformen y empiecen a generar nuevos saberes con soporte académico, pero también con el saber popular y territorial. “Siempre, siempre que la cárcel se abre ganamos todos. Los encuentros generan vínculos y los vínculos humanizan”.
Quienes vengan de otras latitudes podrán conocer y escuchar experiencias de primera mano de personas que estudiaron en el CUSAM y que ahora participan de la vida universitaria puertas afuera. Diego Tejerina, otro sociólogo graduado del CUSAM y autor del libro Ensayo sobre la razón, hoy trabaja, entre otras cosas, como coordinador del Área de Posencierro. “Como docente, uno aprende mucho. Son estudiantes que, en gran parte, tienen situaciones vulnerables con necesidades y conflictos, pero también un deseo de terminar sus estudios universitarios. Ser parte de ese horizonte les aporta sentido”.
Para Florencia Miguel, coordinadora del Cultura y Arte del CUSAM, la experiencia de conocer cómo se trabaja en otras partes del mundo le parece muy interesante. “No tengo ni idea sobre cómo trabajan en lo educativo, por ejemplo, en las cárceles de África. Me entusiasma conocer esas experiencias, estoy dispuesta a sorprenderme”, dice Miguel, que suele preguntarse por las trayectorias previas de sus estudiantes, qué les pasó antes de “caer”, qué de la educación no pudo adaptarse a ellxs.
El programa de las Jornadas ya está confirmado: habrá mesas en las que participarán coordinadorxs de programas que llegan de penales naciones, pero también de Guadalajara, Milán, Nueva York y Sudáfrica, entre otros. Laura Sofía Muiños, coordinadora del CUSAM del Régimen Abierto (el último paso dentro del penal, en muchos acasos, antes de salir en libertad) dice que todo está listo para recibir a lxs participantes. Los estudiantes del régimen de las unidades 47 y 48 participarán con los proyectos El Grillo —taller de edición artesanal— y La Mancha Liberada —taller de grabado y encuadernación—. “Ellos fueron los encargados de preparar los objetos para agasajar a quienes participan”, adelanta Muiños.
Para Silvana Ortiz, este encuentro también será especial. Ella salió en libertad hace menos de un mes y volverá a ingresar para cubrir el evento para Radio Mosquito, la emisora que se produce desde el CUSAM. “Para mí, volver a la cárcel a trabajar es una oportunidad, algo dignificante, y un incentivo también para los estudiantes, para mis compañeros, para que vean que sirve, que es posible”.
Participantes, programa y contacto, acá.
buenos dias mi nombre es daniel olivera coordinador provincial de reinsercion en contexto de encierro dl gobierno de tierra del fuego , desearia tener informacion .
correo oliveradaniel916@gmail.com
Hola Daniel
Para más información escribí al mail cusam.unsam@unsam.edu.ar
Gracias!