Lectura Mundi, Sin categoría, Territorio Educativo
El proyecto Migrantas en Reconquista (IDAES/IDRC) y el Programa de Desarrollo y Articulación Territorial (Lectura Mundi) trabajan en forma conjunta para la creación de un repositorio digital del Área Reconquista. El objetivo es rescatar la memoria de las mujeres trabajadoras migrantes de la zona a través de la recuperación de sus relatos porque muchas de ellas no ponen en valor sus producciones artísticas y esta iniciativa cumpliría potencialmente un rol activo en mostrarlas.
El repositorio digital Migrantas en Reconquista será el lugar donde coexistirá una diversidad de materiales documentales (escritos, audiovisuales, sonoros, fotográficos), fundamentales para rescatar las trayectorias de las mujeres trabajadoras migrantes, como así también de la memoria histórica comunidad.
El territorio donde se están relevando materiales incluye los barrios del área Reconquista de San Martín y el Barrio Sarmiento en el lapso que se extiende de 1960 a la actualidad. Los materiales estarán disponibles para los habitantes del área reconquista y a la comunidad educativa.
Ante el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio a partir de la pandemia por COVID19, el equipo de investigación debió adaptar sus actividades a la modalidad virtual y modificó su agenda de trabajo. En pos de darle continuidad a la puesta en marcha del repositorio, en su formato digital, definió un esquema de trabajo en equipos para abordar las distintas instancias que requiere el funcionamiento del archivo, de una manera organizada y productiva. Asimismo trabajó junto al personal de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de San Martín.
El equipo de archivo está integrado por Raúl Bermudez, Igor Alfaro Méndez, Gabriela Capellaro, Florencia Piñeyrúa y Sofía Espul y como representantes del Programa de Desarrollo y Articulación Territorial de la UNSAM, Cecilia Allemandi y Teresa Pérez.
El pasado jueves 3 de diciembre el equipo de trabajo realizó el “Conversatorio: registros, memorias y poder. Elementos para repensar el trabajo en archivos”, con la participación especial de Mariana Nazar, coordinadora de la diplomatura en Gestión documental y administración de archivos públicos de la Escuela de Política y Gobierno de la UNSAM.
Mariana Nazar se desempeñó entre 1998 y 2020 en el Archivo General de la Nación de Argentina, entre 2010 y 2020 como responsable del Programa de Capacitación y Desarrollo Archivístico, además es docente, investigadora, asesora archivística y asiste a la administración pública y organizaciones sociales, políticas y sindicales. Por eso fue clave la asistencia al equipo para pensar los lineamientos generales del proyecto y continuar con la recolección, selección y producción del material. Sobre el tema le consultamos:
¿Qué función cumple un archivo?
Los archivos, en tanto preservan la documentación en forma integral (no desmembrada, o reordenada con criterios de uso) cumplen una triple función social: sus documentos pueden servir como fuente para la investigación histórica, para conocer la historia de la sociedad; como fuente para la memoria institucional y como garantía en el ejercicio de derechos individuales y colectivos
¿Qué diferencias hay entre repositorio y archivo?
Un repositorio es un espacio o lugar donde se guardan ciertas cosas. Hablamos de repositorios digitales como los espacios centralizados donde se almacena, organiza, mantiene y difunde información digital. En nuestro país, a partir de la adopción del modelo de Acceso Abierto a la producción científica tecnológica y la sanción de la ley 26.899 se establece que los organismos e instituciones públicas que componen el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) deberán desarrollar repositorios digitales institucionales de acceso abierto donde se alojará la producción científico-tecnológica resultante del trabajo, formación y/o proyectos, financiados total o parcialmente con fondos públicos, de sus investigadores, tecnólogos, etc. y sus datos primarios de investigación.
La palabra “archivo” tiene una triple definición. Puede ser el espacio o depósito donde se conservan los documentos (esta acepción preferimos no utilizarla porque justamente le quita especificidad y trae aparejados muchos problemas en el tratamiento de los documentos), es la institución que preserva los fondos documentales y es el fondo documental (la documentación generada por una institución o persona en el uso de determinadas misiones y funciones).
Por ello, la diferencia entre el “repositorio” y el “archivo”; es que el repositorio preserva documentos, que pueden ser de variados orígenes; y el archivo debería preservar la documentación “de archivo”, producida orgánicamente por instituciones o personas y puesta al acceso junto al contexto de producción.
¿Hay antecedentes en otras instituciones sobre este tipo de repositorio digital que está haciendo la UNSAM?
Entiendo que es un proceso al que están debiendo integrarse todas las instituciones de ciencia y tecnología, de hecho, existe un Sistema Nacional de Repositorios Digitales.
El nivel y grado de integración, ya es otro asunto. Y depende de las posibilidades de recursos, tanto humanos y tecnológicos como de gestión de procesos de trabajo con los que cuenta cada Universidad y la política que determine al respecto. Lo que considero muy importante destacar respecto al proyecto para el cual fui invitada a “conversar”; es que acá están empezando a pensar no sólo en un repositorio que publique las investigaciones, sino en cómo clasificar y presentar aquello que se denominan datos primarios de investigación, y que en las ciencias sociales y humanas suelen ser aquellos documentos (de archivo, de biblioteca, de registro de entrevistas, etc. etc) que explotamos como fuentes.
Me consta que en algunas universidades, especialmente en institutos de investigación Conicet asociados, ya están pensando y trabajando en ello. Es el caso del Instituto en Investigaciones Socio-históricas Regionales (ISHIR) dependiente de CONICET y de la Universidad Nacional de Rosario; y del Centro de Investigaciones en Arte y Patrimonio (CIAP) radicado en esta misma Universidad. En este último caso, incluso, el CIAP está vinculado a proyectos de amplia trayectoria en la gestión de archivos asociados a la investigación, como el Centro de Estudios Espigas (TAREA-IIPC/UNSAM).
En ese sentido, también existen centros de documentación (que reúnen biblioteca, hemeroteca y archivo) que han hecho un gran esfuerzo por contar con repositorios digitales de parte del acervo que preservan. Creo que el caso más destacable y potente es el del Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CEDINCI), dedicado a las producciones políticas y culturales de las izquierdas latinoamericanas; habiendo surgido hace más de veinte años como un proyecto de investigadores y militantes políticos/as, hoy es una total referencia en la materia y está integrado a la UNSAM.
Poder planificar la integración de documentos de archivo a un repositorio digital implica pensar cómo identificar, clasificar y disponer para la consulta pública los documentos que fueron utilizados por les investigadores, así como aquellos que fueron reunidos o reprografiados sin ser utilizados directamente; lo que supone un enorme desafío en materia de reposición de contextos de producción para evitar que solo se disponga la información literal que los mismos poseen, sin dar cuenta de las razones por las cuales ese rastro “sobrevivió” hasta nosotres.
Considero que el caso del Repositorio digital del Área Reconquista supone un desafío aún mayor, por ser un proyecto de investigación-acción. Por lo cual, hay un particular interés en preservar y volver accesibles los registros no sólo para la investigación, sino también para las propias comunidades que forman parte del mismo. Lo que supone un número mayor de actores/actrices implicades, y por ello se presenta en forma más urgente la previsión respecto a los criterios de trabajo y la necesidad de incorporar lineamientos éticos.
¿Por qué un archivo puede servir para garantizar derechos?
Porque si entendemos los archivos como fondos documentales, y respetamos su principio de procedencia, orden original e integridad (o sea, le damos tratamiento archivístico) los archivos preservan evidencia del accionar de las personas e instituciones y pueden ser presentados como pruebas.
Por eso es tan importante que hayamos podido armar la Diplomatura en Gestión Documental y Administración de Archivos Públicos en la Escuela de Política y Gobierno
Si bien Argentina es considerada la cuna de la archivística latinoamericana porque la Escuela de Archivología de Córdoba fue la primera en la región (tiene más de 50 años), lo cierto es que hay muy pocos lugares donde estudiar en nuestro país, y en Ciudad de Buenos Aires no hay formación específica.
Un gran paso para que los archivos puedan cumplir su triple función social pasa por difundir la radical importancia que tiene aplicar la disciplina archivística para el tratamiento integral de los mismos. Y el siguiente es enseñarla, articulando la teoría con la práctica y construyendo desde las realidades que se vive en los espacios de mayor y crítica producción documental: la función pública. Ese es el gran desafío que tenemos por delante.
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