El empleo formal en nuestro país pareciera encaminarse hacia la estabilización.
La información oficial reviste carácter de preliminar, pero los datos dan cuenta de que la destrucción de puestos de trabajo estaría deteniéndose.
La novedad es alentadora, pero debe interpretarse en su contexto: entre febrero y junio, 170 mil asalariados registrados perdieron su fuente de trabajo. Y el impacto sobre el sector informal seguramente haya sido más profundo.
El escenario sería notablemente más crítico si no se hubiera implementado un conjunto de políticas tendientes a amortiguar el impacto de la caída de la actividad económica sobre el empleo. Como resultado de estas iniciativas, el empleo registrado se mostró menos sensible al ciclo económico que en otras coyunturas críticas.
Coyuntura, Empleo, estabilización