Escuela de Ciencia y Tecnología
David Ezequiel Benoit, estudiante de la Ingeniería en Telecomunicaciones de la Escuela de Ciencia y Tecnología de la UNSAM, participó de la edición 2019 de la Escuela del Instituto Balseiro. Durante todo octubre, tomó clases y talleres en las instalaciones del Instituto y el Centro Atómico Bariloche.
La edición 2019 de la Escuela J. A. Balseiro contó con la participación de 17 estudiantes y graduadxs de carreras de todo el país. Los participantes, estudiantes de grado avanzadxs y de posgrado provenientes de los campos de la ingeniería electrónica, las telecomunicaciones, los sistemas y la física fueron seleccionadxs por el Instituto Balseiro en base a sus antecedentes y cartas de motivación.
Para David Ezequiel Benoit, estudiante de Ingeniería en Telecomunicaciones de la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) de la UNSAM, la posibilidad de ser parte de la Escuela y conocer el Instituto fue “una experiencia académica invaluable”.
¿Qué destacás de la experiencia en el Balseiro?
Varias cosas. Desde el aporte académico a mi formación hasta el apoyo de la ECyT para que pudiera concretar la experiencia. Es importante que como estudiantes nos animemos a participar de diferentes procesos que complementan nuestra formación académica y personal.
¿En que consistió el trabajo en la Escuela?
La Escuela busca complementar o actualizar la formación académica de estudiantes avanzados de ingeniería o estudiantes de doctorado y está orientada a tópicos modernos en telecomunicaciones. Fue muy productivo porque pude interactuar con estudiantes de diferentes universidades del país. Me sentí cómodo en la compresión de los diferentes temas que se dictaron. Eso habla de la buena formación que tenemos en la UNSAM, y no es algo menor. Nos metimos con temas modernos y complejos.
¿Qué temas vieron?
Temas vinculados con el nuevo estándar de telefonía celular 5G, la fibra óptica para enlaces de datos de alta capacidad, los radares, la internet de las cosas y las comunicaciones cuánticas, entre otros. También hicimos un curso sobre comunicaciones cuánticas, un tema poco difundido y de difícil acceso en el ámbito universitario, solo estudiado por países que son potencia y que lo desarrollan como tecnología estratégica con presupuestos megamillonarios.
¿Hicieron visitas?
La primera visita guiada fue al reactor nuclear de investigación RA6, ubicado en el predio del Centro Atómico Bariloche. Los estudiantes de la Ingeniería Nuclear del Instituto hacen sus prácticas ahí. También visitamos la empresa argentina INVAP, que fabrica radares, satélites, reactores nucleares de investigación y aerogeneradores, entre otros. Allí pudimos ver el satélite SAOCOM 1B montado en la fase de pruebas y alistándose para su lanzamiento en 2020. Fue una experiencia única: recorrimos las instalaciones, las salas limpias para la fabricación, las oficinas y las salas de montaje y pruebas. Todo eso nos permitió entender el contexto de un proyecto de ingeniería complejo, que tiene más de 20 años de planificación.
¿Qué tienen en común un satélite y un reactor nuclear?
Desde el punto de vista funcional, no tienen nada en común porque son sistemas con fines diferentes. Pero, a la hora de diseñarlos, hay que tener en cuenta que, una vez puestos en marcha, no podrán ser reparados. Por lo tanto, la ingeniería de diseño es excepcional: tiene un nivel de sofisticación que permite mitigar las posibles fallas durante la vida útil de los dispositivos.