El equipo, integrado por los estudiantes Matías Escobar, Nicolás Conde, Luis López, Tomás Burroni, y Matías Penida, está supervisado por el ingeniero Claus Rosito, docente del Instituto Colomb (CONAE/UNSAM) y liderado por Camila Mucanna, ayudante de ese instituto y estudiante de la carrera.

La competencia CubeDesign, que promueve el acercamiento al desarrollo de pequeños satélites, propone a sus participantes buscar soluciones creativas a desafíos considerados estratégicos en un programa espacial. Los estudiantes de ECyT integrarán la categoría CubeSat para alumnos de grado y posgrado, la cual demanda un prototipo de ingeniería exigente en cuanto a los aspectos técnicos de medida, peso y dimensiones.

Camila Mucanna y Matías Escobar coincidieron en que el principal estímulo que tienen para participar en la competencia es poner en práctica lo aprendido durante los cuatro años de carrera, en los cuales se sintieron motivados para construir prototipos satelitales.

Camila contó cómo fue el proceso para la puesta en marcha del proyecto: “Comenzamos en febrero de este año y aunque no teníamos noción sobre cómo hacer muchas cosas y conseguir los materiales necesarios, tocamos puertas, buscamos especialistas, y hablamos con profesores y autoridades de la ECyT y el Instituto Colomb, quienes nos acompañaron en este proceso. Nos proporcionaron materiales y nos asesoraron en aspectos técnicos y herramientas, además de colaborar con los espacios físicos para desarrollar el proyecto. El apoyo ha sido constante hasta hoy; incluso participaron en una revisión que hicieron expertos de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales. Por nuestra parte nos esforzamos en buscar una forma creativa de adaptar el artefacto a los requerimientos que la competencia planteaba”.

El satélite está dividido en subsistemas cuyo funcionamiento estuvo a cargo de cada uno de los integrantes del equipo. Nicolás Conde se encargó de la estructura, Matías Escobar de los comandos y manejo de datos; Camila Mucanna estuvo al frente de la comunicación; Tomás Burroni, de la potencia; Luis López fue el responsable de la determinación y control de actitud y Matías Penida, del control térmico.

En un ambiente real de trabajo los satélites están sometidos a vacío y a temperaturas extremas tanto de frío como de calor. Para evaluar el desempeño de los dispositivos que participan del certamen se reproducen condiciones parecidas a las reales, aunque en un rango más bajo. Los prototipos pueden competir hasta en 10 pruebas. El equipo de estudiantes de la UNSAM medirá su dispositivo en 6 de esas 10. Matías agrega que el objetivo para el año que viene “será incluir la tecnología necesaria para competir en todas”.

“Tenemos el objetivo de convertirnos en los primeros estudiantes de la Argentina en desarrollar un modelo de ingeniería avanzado. Nuestra meta es construir un satélite que pueda ir al espacio y vamos a trabajar fuertemente en ese proyecto”, contó Camila Mucanna.

El Satélite

La parte externa del artefacto, hecha con aluminio, está formada por tres placas: la primera contiene la comunicación que -a su vez- integra un módulo conectado a la antena y es el que ayuda al envío de la información. En la segunda placa -la más importante- se encuentra el microcontrolador, algo así como el cerebro del satélite, encargado de recibir la información de los sensores. En la tercera placa se alojan las baterías y el sistema de control térmico.

El satélite se complementa con una estación terrena que recibe y muestra los datos captados.

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