Por Gaspar Grieco | Fotos: Pablo Carrera Oser

“Solo manos verdaderas escriben versos verdaderos. Eso es lo que celebramos hoy aquí”, expresó el rector Carlos Ruta al inicio de la ceremonia en la que el poeta español Arcadio Pardo recibió el máximo reconocimiento que otorga la UNSAM. “Este Honoris Causa es un reconocimiento a una trayectoria, a una vida entregada a la poesía. Es en gratitud a Arcadio, a la poesía y a algo que nos excede: un reconocimiento a la lengua castellana”, subrayó Ruta.

Luego, el rector habló de la “centralidad de la poesía” y envió un mensaje a los alumnos del Instituto de Artes Mauricio Kagel (IAMK) presentes en la ceremonia: “La poesía rescata la lengua. Recuperar la lengua es recuperar trozos de nuestra historia. Estamos en un momento particular del mundo, cruzado por odios e injusticias. Es tarea fundamental de los artistas de esta universidad no regalarles la experiencia universitaria a los mercaderes del templo. No se les perdonará nunca que sean infieles a su vocación, que no crean en ustedes mismos”.

A su vez, el director del Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y la Técnica José Babini, Diego Hurtado, brindó la tradicional laudatio. En ella explicó el sentido de la entrega del reconocimiento al poeta español. “Si tuviera que sintetizar en una línea las razones de este Honoris Causa, diría: ‘Arcadio Pardo es un poeta español que abrió un sendero nuevo para la palabra y que transformó la lengua española, es decir, que supo crear nuevos sentidos y expandir los límites de la experiencia’”, afirmó.

La poesía de Arcadio

Cuando el célebre poeta español subió al escenario, los aplausos inundaron el Teatro Tornavía. Tras recibir el título de doctor Honoris Causa y el distintivo de la UNSAM de manos del rector, Pardo se mostró agradecido por el reconocimiento: “Es un tópico decir, cuando uno recibe una distinción como esta, que es un honor, un tópico que se repite tanto que realmente no se llega a creer. En mi caso, es un honor inmenso y además una sorpresa que Carlos Ruta me haya propuesto para esta gran distinción”.

Luego, Pardo leyó poemas de su propia autoría y habló de lo que motiva su escritura. “Los físicos nos dicen que cuando una experiencia se repite indefinidamente puede llegar a transformarse en una ley general. Eso corresponde a una lógica científica, pero la lógica de la poesía no es la misma: las cosas que suelen parecernos seguras a veces el poeta las interpreta de otra manera”, propuso.

Después de esa breve reflexión, el autor de De la naturaleza del olvido (2016) leyó: “Puede que llegue y no amanezca / prolónguese la noche al otro lado de sus fronteras. / Puede que ya no vuelva más / nosotros nos subidos en lo oscuro / los menhires goteando cualquier fisura del espacio / jadeantes de temor las serranías ”.

Más tarde, explicó que “sucede con frecuencia que una situación nos trae a la memoria otra situación semejante, lo que suele ocurrir cuando se escucha música” y contó su experiencia durante una breve estancia en Estonia cuando una música folclórica local “rodaba” en su conciencia. Para ilustrar esa experiencia, leyó: “Escucho unas canciones de Mongolia / algo a báltico me suena en esa melodía / algo como entre eslavo y oriental extremo, / marítimo a la vez y estepario / como indoeuropeo y no. / Escucho extraviado esa llovizna de voces y de ritmo / una voz escalante de pecho femenino / y cuerdas tensas rasguñadas”.

Al finalizar el acto, el director de la Licenciatura en Artes Escénicas del IAMK, Tito Lorefice, obsequió al homenajeado un aguayo de hilado natural del norte argentino.

La ceremonia contó con el acompañamiento musical del dúo conformado por los alumnos del IAMK Mora Martínez y Juan Manuel Colombo, quienes interpretaron las canciones “La jardinera” (Violeta Parra), “Zamba del romero” (R. Valladares Y M. J. Castilla) y “El cuchi musiqueador” (Jorge Marzia).

Arcadio Pardo, Poesía