Por Gaspar Grieco | Fotos: Pablo Carrera Oser.

La Casa UNSAM de José León Suárez, donde la Escuela Secundaria Técnica dicta clase a los chicos de primero y segundo año, fue el espacio elegido para dar inicio al ciclo lectivo 2017. Este año se inscribieron 60 chicos más, por lo que la matrícula aumentó a un total de 180 alumnos.

“Es una inmensa alegría inaugurar el cuarto año de vida de nuestra escuela”, dijo Carlos Ruta al inicio del acto. “Queremos fecundar todo el talento que ustedes tienen y ojalá podamos verlos a todos en la Universidad en algunos años”, agregó el rector, que además propuso: “Tenemos que ser justos, fieles y humildes. Esos son los tres valores que nunca debemos olvidar”.

En cuanto a la situación actual de la educación pública, Ruta señaló que “estos no son buenos tiempos” y llamó a la unidad de todos los presentes: “Tenemos que estar unidos, espalda con espalda, porque vamos a dar batalla y vamos a ganar. Vamos a darle un futuro de luz a nuestros pibes”. En ese momento, la Casa UNSAM estalló en aplausos.

Luego, el director de la Escuela, Martín Perdriel, dio ingreso a la bandera de ceremonia, escoltada por los alumnos Brian Nuñez, Fátima Cejas y Brisa Figueroa. Acompañando la insignia nacional, se izaron otras tres banderas, símbolos de la impronta inclusiva de la institución. “La primera es la bandera del derecho a la educación, que tenemos que defender todos los días; la segunda es la bandera del trabajo; y la tercera es la del género, la del respeto a la mujer y su lucha”, manifestó Perdriel.

Luego, Andrea Biscione, vicedirectora socioeducativa de la Escuela, agradeció la presencia de las autoridades de la UNSAM, los representantes municipales, las organizaciones sociales de los barrios de la cuenca del río Reconquista y de los pibes. “Es hermoso ver el patio de la escuela lleno de amigos. Esta es la escuela que queremos para el barrio, un lugar donde podamos encontrarnos”, expresó.

Poco antes de la finalización del acto, los profesores Juan Pablo Pedroza y Alejandra Chaer propusieron una actividad a los presentes, que consistió en el armado de dos hileras enfrentadas para hacer circular arbolitos entre todos.

“Estos árboles son nuestros pibes; hay algunos más grandes y otros más chicos, pero todos tienen una fuerza interior inmensa. Por eso, a los chicos de primero les pedimos que broten; a los de segundo, que echen raíces; a los de tercero, que crezcan; a los de cuarto, que se cuiden; y, a los de quinto, que miren los frutos que han generado”, propuso Chaer.

Como broche de oro, los alumnos Maxi y Daniel repasaron la realidad de sus barrios y escuela con todo el ritmo del rap. La risa y los aplausos se adueñaron del lugar.