El docente y coordinador del Programa de Neuroética del Centro de Investigaciones Psicopedagógicas Aplicadas de la UNSAM ofreció la clase abierta “La neuroética y el uso de biotecnologías predictoras del neurodesarrollo y la conducta en los niños” en el stand UNSAM de la Feria del Libro.
Para conocer si la conducta de determinados chicos es “normal” o “patológica”, la psicología cuenta con múltiples herramientas, pero hay otras disciplinas que se encargan de esta tarea, como la biología, que lleva adelante nuevos instrumentos: el uso de biomarcadores genéticos.
“Los marcadores genéticos aportan información para el desarrollo de diagnósticos más específicos, pero es un error pensar que por sí solos pueden determinar la conducta de los chicos”, explicó Gorga, interesado en señalar la importancia de los tratamientos interdisciplinarios.
Un biomarcador genético es aquella fracción de ADN que indica una característica diferencial de un individuo. Desde el área de las neurociencias, estos biomarcadores se detectan en el sistema nervioso central.
El especialista de la Escuela de Humanidades detalló que las neurociencias pudieron detectar marcadores genéticos que tienen que ver con la conducta, por lo que su uso “debe realizarse desde la neuroética y en forma responsable. Es decir, desde lo científico y desde lo ético y filosófico”.
Si bien Gorga festejó el avance de la ciencia en la detección de biomarcadores, al mismo tiempo señaló la falta de una decisión que determine su desarrollo: “Esta es una decisión que está ausente en la academia. Si bien está en discusión encontrar nuevos biomarcadores, no se especifica para qué”.
Al cierre, el especialista estableció: “Que un niño tenga un biomarcador determinado no quiere decir que vaya a tener un trastorno ya que el contexto influye de la misma manera. Por ello, esta dimensión debe ser abordada por todos los profesionales que trabajen con personas”.