El coordinador del Centro de Investigación y Medición Económica de la EEyN analiza el acuerdo que el Gobierno de Cambiemos negocia con los holdouts y advierte sobre las posibles consecuencias para el país.
Por Gaspar Grieco
Desde aquel 21 de noviembre de 2012, cuando el juez de Nueva York Thomas Griesa presentó su polémico fallo que obligó a la Argentina a pagar a los fondos buitre la totalidad de la deuda, cada movimiento, fuera del avance o del retroceso en la negociación, fue eje de debate en todo el país. A más de tres años de la decisión del juez federal de los Estados Unidos, el Gobierno de Mauricio Macri acordó el pago del 75 % del costo total de la deuda con los holdouts más poderosos: el fondo NML, dirigido por Paul Singer, y Aurelius Capital Management, dirigido por Mark Brodsky.
Para entender de qué se trata la negociación, Enrique Dentice —coordinador del Centro de Investigación y Medición Económica (CIME) de la Escuela de Economía y Negocios (EEyN), y experto en macroeconomía— explica los pormenores del acuerdo que ya tiene la media sanción del Congreso y anticipa las consecuencias que su aprobación como ley podría traer aparejadas. “Los fondos buitre aprovechan oportunidades de países endeudados con muy mala solvencia, pero fundamentalmente con una dirigencia que acepta todo”.
¿Qué opina sobre el acuerdo con los fondos buitre NML, de Paul Singer, y Aurelius Capital Management, de Mark Brodsky, para el pago de más de 4600 millones de dólares?
Tarde a temprano se iba a llegar a un acuerdo, que es condición necesaria para poder acceder a otros mercados internacionales. Yo no coincido con eso de que ahora salimos del default. Hace tiempo que venimos saliendo del default porque estamos negociando una deuda contraída en 2001, que viene del megacanje. El problema que tenemos es que, tras desconocer la sentencia del juez Griesa y la sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos, en el mundo financiero dejamos de tener credibilidad. Las discusiones llevadas a cabo hasta ahora fracasaron porque la comunidad económica y financiera no negocia con el Gobierno que está débil y se va, sino con el que está fuerte y entra.
¿Cómo se va a financiar el Gobierno nacional para pagar ese acuerdo de deuda?
El campo tiene retención casi cero en la soja, también en el maíz y en las mineras. Esa baja tiene un costo fiscal enorme, que el Estado asume y compensa con el aumento de tarifas en servicios de luz y de gas. Pero, aun así, no alcanza… Entonces, ¿cómo consiguen lo que falta? Fácil: con endeudamiento. Vamos a endeudarnos, vamos a pagar esos 4600 millones de dólares en efectivo en abril. Entonces, vamos a colocar bonos a tasas altas a nuevos acreedores, que después se van a traducir a una deuda de alrededor de 20.000millones para poder llegar a esos 4600 millones que piden los holdouts. Yo no sé si esto está bien.
¿Por qué?
Porque es suficiente para hacernos creer que, una vez concretado el pago, la Argentina volverá a los mercados en condiciones de negociación más justas, pagando tasas de interés menores y pudiendo ser auditada por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Entonces, el Gobierno decide pagarles a los holdouts más duros (NML y Aurelius) todo lo que reclaman. Para legalizar estos pagos, Griesa pide que se deroguen la ley cerrojo y la Ley de Pago Soberano. Ahora bien, el artículo 75 de la Constitución Nacional reformada en 1994 dice que el Congreso tiene que autorizar ese tipo de negociaciones.
¿Cómo afecta a la sociedad esta negociación?
Con esta negociación, se está presionando mucho sobre el sector social, porque la modificación del Impuesto a las Ganancias implica que hay 330.000 personas más que van a tributar ganancias, lo que significa que, con la paritaria de junio, vamos a estar pagando casi todos. Entonces, este endeudamiento implica que se abra la puerta a otros próximos endeudamientos de la nación y de las provincias. A mí me gustaría que ese endeudamiento se tradujera en obras públicas, en algo que quede para la sociedad.
¿Esto quiere decir que los contribuyentes pagan la salida de la deuda?
Exacto. Digamos que esto cumple con un viejo axioma criollo: deuda con más deuda se paga. La otra deuda se podría contraer con el FMI, que sería un retroceso, porque le pagamos 9530 millones de dólares en 2005 para que dejen de controlarnos y ahora les estamos pidiendo que vuelvan para controlarnos. Pero, si vamos a tomar endeudamiento para cubrir déficit corriente y aumentar reservas, la historia es simple: Cavallo. Si esta operación termina siendo más costosa de lo debido, en la Argentina de los próximos años vamos a ver mucha pobreza y mucha miseria, y, para mí, eso es una violación de los derechos humanos.
¿Cómo debería llevarse la negociación?
Tendría que darse en un marco de debate más amplio. La gran ausente es la academia, pero esta discusión no se va a dar. En el plano político, yo deseo que aquellas personas que nos representan prioricen el bien común. Que este paso nos permita hacer menos dolorosos los próximos años, que van a ser muy difíciles, y en los que todavía está pendiente la resolución de la inflación. Vamos a empezar a notar conductas de consumo diferentes y caídas en las ventas, y yo me pregunto, si este tema de los holdouts nos saliera muy bien, ¿qué podría llegar a pasar con esas inversiones de carácter productivo en una economía que no crece? ¿Para qué van a venir los inversores si no les garantizamos estabilidad? Hoy el campo no está liquidando toda la cosecha de soja, está especulando con el aumento del tipo de cambio. Puede pasar que tengamos recesión con ajuste. Si no arreglamos este problema de la inflación, tendremos eso: más recesión y más ajuste.
¿Y cómo sería el panorama con más recesión y más ajuste?
Una recesión como la que estamos viviendo ahora o más grande y de carácter monetario. Por ejemplo, suben las tasas de interés y siguen aumentando las tarifas. Entonces, vamos a tener una inflación baja, pero con ausencia de consumo. Pero, si baja el consumo, no van a bajar los precios porque los empresarios van a empezar a importar y a dejar de producir. Tener el mismo modelo de crecimiento con el mismo factor productivo y un poquito de industrialización tampoco es para descorchar champán.