Susana Perini es artista y empleada administrativa del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas del Campus Miguelete. Su obra se expone en la planta baja del edificio durante todo abril.
Susana Perini tiene 65 años y trabaja en la Universidad desde hace 18. Pero antes de llegar a la UNSAM, integró el staff de una editorial y escribió guiones para historietas. Por ese entonces, era parte de su rutina visitar a los dibujantes para arreglar cuestiones del trabajo. Fue así que nació en ella la tentación: tenía que animarse a dibujar.
Lo hizo, pero al poco tiempo, además del cambio de trabajo, llegaron las hijas, los pañales y los deberes que la alejaron de ese deseo artístico. Pero la UNSAM la ayudó a volver. Cuando las chicas crecieron, Susana volvió a acercarse a la pintura en el Instituto de Artes Mauricio Kagel, con Sebastián Mesa, quien le enseñó a observar; y Robert Verf, quien le dio la confianza para expresarse a través del color.
-¿Quién te propuso exponer?
-Yo trabajo en el IIB, en la parte administrativa de docencia. Lo hablé con el decano del Instituto, el doctor Alberto Frasch, y se mostró muy entusiasmado con la idea.
-¿De qué trata la muestra?
-Es una búsqueda y un juego, es interactuar con el espectador y propiciar el juego multiplicador en su mirada. Cada espectador elabora en su mente un cuadro diferente y es el único que da la última pincelada.
-¿Cómo te inspiraste?
-Aprendiendo a ver de una manera diferente, mis maestros me abrieron la puerta a diferentes universos y me dieron la oportunidad de inundarlos de color. Probablemente esos universos hayan estado escondidos, acompañándome desde siempre.