“En muchos países federales, los recursos destinados a la obra pública también sirven para hacer política. Pero en la Argentina pueden llegar a ser una herramienta poderosa y discrecional de premios y castigos a los gobernadores. (…) Esa percepción, que varios analistas políticos compartirían, está sustentada en datos y aplicación de estadística básica: es el trabajo que hizo Lucas González y un equipo, con financiamiento de la Unión Europea, durante dos años, en los que armaron una base de datos de distribución de recursos para obras públicas en el país entre 1999 y 2011. Se trata, en primer lugar, de fondos que crecieron exponencialmente: en esos años, mientras que en Brasil aumentaron un 108% y en Colombia, un 280%, en la Argentina estos recursos crecieron un 415 por ciento.”