En diálogo con la revista cultural de Clarín, el catedrático alemán de Historia Medieval que hace poco visitó la Argentina para participar del seminario Experiencia monástica: Los monasterios medievales como laboratorios de innovación para el futuro, organizado por Lectura Mundi, reflexiona sobre la experiencia de vida medieval como modelo de crítica e influencia sobre el mundo actual.
“El hombre contemporáneo, europeo y norteamericano, olvidó la vida mística. Porque hay tanto consumo y tanta dispersión, que se perdió la capacidad de la reflexión interior. Por otro lado, es muy interesante ver que en Europa, las órdenes que proponen una vida mística, retirada y concentrada en la interioridad, son las que más adeptos tienen. A tal punto que hay una modalidad que es, “monje a tiempo limitado”. En estas órdenes se ofrecen estadías de retiro, por un par de semanas por ejemplo. Muchos políticos van ahí, y lo interesante es que volvemos al punto del comienzo, el contraste que se da entre esa vida de consumo y esta vida, aunque sea por semanas, de interiorización.”
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