En diálogo con el suplemento económico de Página 12, el director del Centro de Investigación en Humanidades de la Universidad de la Provincia Occidental del Cabo, invitado por el Programa de Estudios Sur Global de la UNSAM, hizo fuertes críticas al postapartheid y advirtió sobre cuestiones estructurales pendientes, como el debate público y la consolidación de la racialización en el ámbito económico.
“El apartheid fue pensado como un proyecto económico que definía la distribución del trabajo a lo largo de diversos sectores de la economía. La explotación minera en Sudáfrica siempre dependió del sistema de trabajo migrante. No sólo migración de las zonas rurales hacia las urbanas dentro de Sudáfrica, sino que desde la región Sur de África venían personas a trabajar a las minas de oro. Hubo, además, momentos de industrialización masiva e industrialización secundaria. Incluso, la urbanización masiva previa y posterior a la Segunda Guerra Mundial funcionó a la par del desarrollo del sector industrial en Sudáfrica. La agricultura, por su parte, fue históricamente un ámbito de reclamo sobre la distribución del trabajo. Cuando se piensa en la historia de Sudáfrica, se piensa en cómo el apartheid funcionó como un mecanismo económico. Sin embargo, las luchas en contra del apartheid no se enfocaron en el problema de la economía.”
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