Instituto de Investigaciones Biotecnológicas
Carlos Ruta y Roberto Salvarezza visitaron la sede del IIB-INTECH. Mantuvieron un encuentro con investigadores, y debatieron sobre las necesidades del país y las gestiones de ambas instituciones. También destacaron la relevancia de la asociación entre ambas instituciones.
Por Alejandro Zamponi
“Necesitamos un país e instituciones que tengan ambición por hacer cosas grandes. Y eso requiere asumir los desafíos”, sostuvo el rector Carlos Ruta durante su visita a la sede de Chascomús del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas – Instituto Tecnológico Chascomús (IIB-INTECH). Lo acompañaron el presidente del CONICET y Alberto Carlos Frasch, decano del IIB-INTECH.
Este instituto está dedicado a la investigación científica en bioquímica, biología molecular, biología celular, neurobiología, microbiología e inmunología, entre otras. Allí se dicta la carrera de Licenciatura en Biotecnología y se forman recursos humanos de posgrado en la carrera de Doctorado en Biología Molecular y Biotecnología. Es resultado de la sociedad entre la UNSAM y el CONICET, y cuenta con dos sedes: una en Chascomús, donde se dicta la Ingeniería en Agrobiotecnología, y otra en el Campus Miguelete, en San Martín.
Durante la visita se desarrolló un encuentro con jóvenes investigadores y se abordaron las nuevas políticas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Desarrollo, entre otros temas.
“Somos una universidad joven que quiere construir una tradición, y entonces sumarnos al CONICET es como ir en los hombros de un gigante”, dijo el Rector. “Trabajamos para ser una universidad de investigación, donde la enseñanza nazca de la investigación; queremos ofrecer un ambiente estimulante para la innovación en Ciencia y Tecnología, y las otras áreas del conocimiento; queremos tener un cuerpo docente empeñado en una enseñanza de calidad; y queremos ser una comunidad con un fuerte compromiso social”, agregó.
A su turno, Salvarezza señaló que el CONICET tiene 9.500 estudiantes de doctorado y que el 90% de sus institutos están ubicados en universidades públicas. “Un CONICET sin universidad es impensable hoy en día; estamos trabajando para que la vinculación tenga cada vez más fuerza e intensidad”, sostuvo Salvarezza.
Por otra parte, enunció la necesidad de la transferencia del conocimiento tecnológico y social, ya que la misma produce “más riqueza, mayor capacidad de exportación y mayor empleo”.
Por último, destacó la inversión del Estado en ciencia y tecnología, y recordó la necesidad de hacer “investigación estratégica para el desarrollo del país”.
Luego de reconocer que el consejo que depende del MinCyT evaluó históricamente a sus investigadores en función de la cantidad de publicaciones, Salvarezza planteó que el desafío es desarrollar una nueva cultura. “Hay 7.400 investigadores del CONICET, pero sólo 140 se reconocen como tecnólogos, aunque de hecho hay más de 500 personas trabajando en proyectos de transferencia”, ejemplificó antes de informar a los investigadores que ahora se les ofrece una nueva forma de evaluación que contempla el desempeño en proyectos de transferencia.
En esa línea, Salvarezza mencionó un ambicioso proyecto conjunto de YPF y CONICET, que consiste en la instalación de una empresa conjunta en Ensenada, al lado de la destilería que la petrolera estatal tiene en esa localidad. “Esta empresa va a generar conocimiento en energía relacionada con la explotación de recursos no convencionales como es el caso del shale oil en la cuenca neuquina de Vaca Muerta, donde YPF quiere posicionarse a nivel mundial como la compañía de mayor desarrollo en ese tipo de explotación”, explicó.
“Las asociaciones con instituciones como la CNEA y el CONICET son muy importantes porque nos ponen un estándar de calidad, pero el sueño de la Universidad de promover el desarrollo y la justicia requiere de nosotros una virtud: la magnanimidad, la grandeza de alma”, sostuvo Carlos Ruta, quien apeló a la figura de quien ideó el instituto, el destacado investigador Rodolfo Ugalde, para cerrar su intervención: “Ugalde decía que ser científico es estar dispuesto a fracasar noventa veces para cada tanto acertar una. Pero que cuando acertabas, entonces valía la pena. Yo creo que eso es tener un espíritu grande. Esa es la tarea de la ciencia”.
Durante la tarde, Salvarezza participó de un ciclo de seminarios organizado por el instituto y la Universidad, a través de una disertación sobre el tema “Autoensamblados moleculares: aplicaciones en nanotecnología”.
Estuvieron presentes durante el encuentro, por parte de la UNSAM, el secretario de Investigación, Aníbal Gattone; el secretario de Innovación y Desarrollo, Diego Hurtado; el secretario de Investigación de la Escuela de Ciencia y Tecnología, Guillermo Sentoni; el decano del Instituto de Ciencias de la Rehabilitación (ICR), Hugo Rodríguez Isarn; y la secretaria de Extensión, María Pía Vallarino.
“Trabajamos para ser una universidad de investigación, donde la enseñanza nazca de la investigación…queremos tener un cuerpo docente empeñado en una enseñanza de calidad…”
Muy buenas palabras Sr. Rector, pero ¿cómo tener un cuerpo docente empeñado y motivado en una enseñanza de calidad si actualmente ni siquiera se pueden dictar las clases en un ambiente adecuado debido a la presencia de una “radio abierta” que perturba todo el Tornavías?