El conocimiento que Jesús Moreno Sanz posee sobre estas mujeres es innegable. A lo largo de las más de dos horas que duró la última clase del seminario sobre Edith Stein, María Zambrano, Simone Weil y Hannah Arendt no sólo contó datos biográficos significativos de cada una sino que además se animó a develar curiosidades de sus vidas, como detalles íntimos de la relación amorosa entre Arendt y Heidegger, la castidad y la poca feminidad de Simone, y los vaivenes religiosos de Stein.

El filósofo español no pretendió identificarlas, dejó en claro que son singulares, pero sí dijo que comparten la búsqueda de unir la pasión y la razón, el espíritu y la vida, el pensamiento apasionado y concreto. “Todas van hacia una razón viviente, buscan la recreación vital del pensamiento, cada una desde su perspectiva”, afirmó.

Además, describió la relación de cada una con sus maestros -Hannah Arendt y Martin Heidegger, Edith Stein y Edmund Husserl, María Zambrano y José Ortega y Gasset, Simone Weil y Emile Chartier Alain-. “Las cuatro dan un paso mas allá. No les quitan la razón, sino que la ahondan”, dijo.

Moreno Sanz hizo hincapié en varios puntos que las vinculan, como la comprensión de sus obras literarias como una verdadera acción en el sentido griego de poiesis, “una recreación permanente”, en la que sobre todo prima el afán de comprensión. Tanto Stein como Zambrano, Weil y Arendt buscan romper con el mundo de la banalidad, con los sentidos más superficiales, para alcanzar los más profundos.

Respecto de esta búsqueda, el filósofo aseguró que las cuatro pensadoras son ecologistas, por el interés en la conexión con el universo, que es justamente lo que rompió la modernidad. Asimismo, dijo que critican el feroz individualismo del hombre y que pese a que eran democráticas y demócratas, estaban cerca de posiciones anarquistas.

“Hannah Arendt entendía que los movimientos revolucionarios deben hacerse en pequeñito, para que puedan ir minando el sistema. Sin dudas, ella y Simone Weil hubieran saludado el movimiento 15-M en Madrid” -también conocido como el de “los indignados”-, que surgió el 15 de mayo de 2011 con las protestas en reclamo de una democracia más participativa y alejada del dominio de bancos y corporaciones, y que encontró eco alrededor del mundo.

Para cerrar el encuentro, destacó como algo admirable la implicancia de estas mujeres entre lo que piensan, lo que creen y lo que hacen, tildó sus vínculos con los hombres como “muy interesantes”, en tanto lograron sus mejores relaciones con sus grandes amigos, y leyó un texto de María Zambrano sobre la situación actual.