En diálogo con el diario, Cecilia María Minaverry habló sobre el trabajo que presentó, donde analiza el fracaso de la fórmula Tratados Bilaterales de Inversión + CIADI (tribunal arbitral dependiente del Banco Mundial), cuyos términos permitían a los inversores extranjeros evitar el paso por la justicia local ante eventuales conflictos. Argentina planteó la firma de estos tratados en los ‘90 como una forma de atraer capitales extranjeros.
Detallando su hipótesis de investigación, Minaverry dijo: “No se tuvieron en cuenta todos los problemas que podía traer la firma de los TBI frente a un cambio en las condiciones económicas. En definitiva, se garantizó a las empresas una serie de beneficios en una situación económica irreal, como la convertibilidad. Esto lo sabían muy bien los inversores, por eso buscaron protección en los tratados. Cuando en 2001 cambiaron las condiciones para todos los actores de la economía nacional, los inversores extranjeros recurrieron al Ciadi”.
En relación a estos sucesos, concluyó: “No es necesario entregar nuestra soberanía para atraer una inversión extranjera. Esos capitales van a seguir viniendo al país porque les es conveniente”.
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