Las universidades nacionales del Litoral y de San Martín, en conjunto con el CONICET, obtuvieron la primera patente extranjera que protege un desarrollo promisorio: un biofármaco con propiedades neuroprotectoras y neuroplásticas que podría ser utilizado para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas o accidentes cerebrovasculares. La startup BioSynaptica tiene la licencia exclusiva y busca financiamiento para hacer ensayos preclínicos. Los productos derivados podrían aportar regalías al Estado.
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