Escuela de Hábitat y Sostenibilidad, Instituto de Arquitectura y Urbanismo
En el marco de la muestra del Taller de Casas y Cosas, hablamos con Cecilia Huberman para conocer más sobre esta propuesta que cruza arquitectura, artes visuales y juego. Esta edición especial —Construcción de Imaginarios – Derivas Creativas— se realizó entre abril y mayo de 2025 en la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad, como parte del Programa Formadores del Fondo Nacional de las Artes.
La muestra se puede visitar hasta el 14 de julio, en el primer piso del Edificio Tornavía, frente al aula T. 06.
Nuevos imaginarios para habitar la ciudad
¿Qué nuevos imaginarios o modos de habitar se construyeron colectivamente durante el taller?
Los nuevos imaginarios que se construyeron durante el taller pusieron en relación las derivas en el tiempo y el espacio de cada participante. Para comenzar, partimos de la construcción de un atlas personal. Algunos atlas se construyeron a partir de derivas recientes, y otros constituyeron nuevas derivas en materiales de archivo personales, de hace tiempo. En ambos modos de aproximación la memoria subyace, y se activa al compartir con otras personas el proceso del taller. Aparecieron lugares de la ciudad que conocemos, edificios y elementos del Campus, tipologías edilicias reconocibles, medios de transporte; paisajes que identificamos, y arquitecturas anónimas, de recorridos muy diversos en el espacio y el tiempo. Cada quien encontró la forma de desmontar y montar nuevamente los fragmentos de esos atlas, de modos muy particulares, y de esos ensamblajes surgen los imaginarios. Las formas de abordaje y construcción también fueron muy variadas. Las hubo pausadas y sostenidas, metódicas e inquietas, silenciosas y abruptas sobre el final. Mucho quedó escrito en el aire y está pendiente de construirse. Construir un imaginario puede darse espontánea y livianamente, o llevar mucho tiempo y reflexión.
Lo colectivo estuvo en el diálogo entre pares, algunas secuencias animadas, y el intercambio de ATCs (Artist Trading Cards). Las tarjetas artísticas de intercambio funcionaron como desprendimientos de los procesos individuales (porque se construyeron con sobrantes, “lados b”, bordes de lo recortado) y al intercambiarlas unas por otras, todos los participantes se llevaron -además de lo intangible, materialmente- algo de los demás. Hacia el final todas las producciones se integraron unas con otras en la muestra, que conforma también en sí misma un nuevo modo de pensar y habitar el espacio de la circulación del Tornavías. Un lugar donde detenerse y adentrarse en esos imaginarios.
También llevamos a cabo tres conversatorios, en los cuales dialogamos con las producciones de cada uno de los invitados. Sus presentaciones se fueron hilvanando muy coordinadamente con las instancias del taller, y fue una experiencia muy enriquecedora, que no estaba prevista de antemano y emergió de losencuentros.
Montaje colectivo: pensar y habitar el espacio
¿Cómo fue el proceso de pensar y montar la muestra colectiva en el Tornavía? ¿Qué transformaciones se dieron al habitar ese espacio con las producciones del taller?
Más que pensarse la muestra tomó forma improvisadamente a lo largo de toda una tarde, producto del “montaje de montajes”, la puesta en relación de todo lo producido. Fue muy interesante ver que rápidamente cada proceso tenía la capacidad de tejerse con los demás, e ir asociándose muy fácilmente, pese a provenir de mundos diversos -al mismo tiempo próximos-. Cada proceso encontró su lugar en relación a los demás, nada sobró, todo encontró su posición justa en el conjunto. Fue clave transitar esa toma de decisiones en equipo, escuchando todas las miradas presentes para construir colectivamente la organización de la muestra.
Luego notamos cómo la aparición de las producciones en ese espacio cambia la forma de habitarlo: quienes circulan se detienen a mirar, abren puertas, deslizan los folioscopios; toman algunas piezas y las cambian de lugar. También pasan las miradas por el rabillo del ojo, que dicen no entender y siguen caminando. A veces hay tiempo para sentarse en el banco y ver lo que hay. A veces da risa, otras da curiosidad. Pero parece que no pasa muy inadvertido, demanda interacción directa.
En montaje de montajes, las producciones de cada participante se ponen en relación con las demás. Abrimos una puerta para contemplar un paisaje ensamblado. Entramos en una dimensión íntima, de portarretratos y botones de papel, que despliegan temporalidades como capas de papel de calcar. Viajamos con dos mapas, y viajamos en el tiempo con un montaje sobre un cuadro encontrado. Una matriz cúbica nos invita a recomponer montajes y construir otros. Nos sumergimos en un gran paisaje, que va desde Morón hasta la UNSAM. Viajamos en el colectivo de colectivos, y hay ventanas a otros dioramas; derivas que acortan las distancias, conectando el sur y la ciudad. Abrimos un pollypocket y accedemos a las grutas del interior de un ensamblaje de chatarra. Esto empezó con un atlas de cosas de metal, muy cerca de acá, hecho de vigas oxidadas. Hay lugar para sentarse, y ensamblar hasta el cansancio en las 3 dimensiones. Una pieza donde mirarse en el espejo. Hay derivas en el tiempo y en el espacio. La réplica 1:50 del aula T 05, que nos alojó durante 2 meses, gira suspendida. Está llena de fragmentos de los atlas de todxs, con extrañas variaciones de escala, y por sus ventanas se ven las nubes.
Aprendizajes y desafíos para el futuro
¿Qué aprendizajes deja esta edición del taller en la EHyS y qué nuevas preguntas o deseos aparecen de cara al futuro?
Esta edición del taller nos deja muchos aprendizajes y mucha gratitud. Preguntas acerca de cómo sostener nuestros heterogéneos intereses y, sin perder la profundidad que buscamos, adaptarnos a los tiempos del presente. Cómo aprovechar nuestro escaso tiempo ocioso para crear con otros y aprender haciendo. Muchos deseos que tienen que ver con lo personal tejido en el colectivo, con potenciar los intercambios; y con transformar el cotidiano, volviendo a ensamblarlo de nuevas formas, que nos sean significativas. La principal pregunta es cómo construir una práctica constante, sostenible, atenta y realmente asociada al tiempo-espacio que habitamos. Es un desafío interpelar nuestro lado creativo en un cotidiano tan complejo, donde el tiempo productivo domina a todos los demás: nos llena de interrupciones, colándose por todas partes, en nuestra percepción del mundo.
* Taller de Casas y Cosas es un espacio de exploración donde aprender distintas técnicas y medios de representación, ligados a la Arquitectura y las Artes Visuales, a través de procesos proyectuales lúdicos. Las exploraciones se basan en la práctica del foto-montaje (collage) como disparador, partiendo de situaciones específicas de la ciudad. Los objetivos son generar nuevas miradas sobre el entorno cotidiano, y a través de ejercicios lúdicos crear diversas situaciones espaciales, resignificando sus fragmentos.
Participantes en esta edición:
Eva Alonso. Derivas a lo largo del tiempo. Experimentaciones en papel. Encastres, objetos transformables.
Gabriela Buffon. Derivas en una ciudad ajena. Curiosidades. Manifestaciones de lo político.
María Eugenia Cancela. Espacialidades efímeras de las infancias, invenciones en el habitar. Temporalidad en la imagen.
Eliana Fazio. Viaje al sur y derivas en la ciudad. Ensamblajes tridimensionales. Construcción de dioramas.
Ulises Fernández. Derivas en bicicleta. Una foto cada 100 pasos. Abrir vanos para ver a través.
Julieta García. Una visita al Museo de Arte Decorativo. Ver nuevos paisajes a través de una ventana.
Violeta García Bellemi. Las casas chorizo en San Telmo. Desplegar sus texturas. Desplegar sus frentes.
Mariela Alejandra Maldonado. Transición del habitar propio. Del Barrio Chino a Bella Vista. Construcción de un nuevo hogar con objetos de un habitar anterior.
Guido Martina. Atlas de metal, ensamblaje de chatarra. Deriva en la interpretación tridimensional de inteligencia artificial.
Federico Matiauda. Una historia en un edificio, o un edificio que nos cuenta una historia. Las aventuras de un viajero, a través de fragmentos de derivas urbanas.
Karen Matiauda. El colectivo de los colectivos, de los colectivos que toma Karen. Ensamblaje tridimensional y recolecciones en el camino.
Ana Pietraszek. Deriva en fotos de un viaje a Córdoba, superpuestas con papeles encontrados. Matriz cuadrada que deviene en matriz cúbica.
Aldana Rolón. Ensamblajes a partir del registro de una casa familiar con mucha historia, a punto de ser deshabitada.
Valentina Sotomayor. Derivas fotográficas desde casa (Merlo) a la UNSAM. Sumergirse en un gran montaje de fragmentos recolectados.
#ComunidadUNSAM, arquitectura, becas fna
me dieron ganas de hacer el taller…..despertar la motivacion merece una Felicitacion al docente!!! Gracias
muy bien adelante felicitaciones