Escuela de Hábitat y Sostenibilidad, Instituto de Arquitectura y Urbanismo, Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental, Instituto del Transporte
A 155 años de la primera camada de ingenieros del país, la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad celebra el Día de la Ingeniería Argentina con una reflexión sobre el rol estratégico de esta disciplina. Conversamos con Soledad Villaverde, coordinadora de Ingeniería Ambiental, y Pablo Vazano, coordinador de Ingeniería en Transporte, sobre los desafíos, las oportunidades y la importancia de formar profesionales que demanda el desarrollo del país.
El 6 de junio de 1870 egresaban de la Universidad de Buenos Aires los primeros doce ingenieros civiles de la Argentina. Entre ellos, Luis Huergo se convertiría en una figura clave en el desarrollo de la infraestructura nacional. Desde entonces, la ingeniería ha sido una columna vertebral del progreso del país, articulando conocimiento técnico con visión estratégica para responder a las necesidades de una sociedad en permanente transformación.
Hoy, en el marco del Día de la Ingeniería Argentina, la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad dialoga con los coordinadores de dos carreras que encarnan el compromiso con el desarrollo sostenible y la innovación: Ingeniería Ambiental e Ingeniería en Transporte. Ambas carreras son cogestionadas junto a la Escuela de Ciencia y Tecnología de la UNSAM y buscan dar respuesta a las problemáticas de nuestro tiempo.
Desde su rol como coordinador de la carrera de Ingeniería Ambiental, Soledad Villaverde, destaca la versatilidad de los egresados de la carrera que dirige. “Nuestros egresados, en su gran mayoría, se desempeñan en áreas compatibles con su formación”, comenta. “El espectro es muy variado: consultoras, estudios de ingeniería, industrias de consumo masivo, empresas del rubro petrolero, constructoras, organismos públicos, entre otros”. La amplitud de campos de inserción, explica, se debe tanto a la solidez técnica de la formación como a las habilidades personales de los estudiantes, que les permiten adaptarse a diferentes demandas.
Por su parte, Pablo Vazano, coordinador de Ingeniería en Transporte subraya la necesidad de formar profesionales preparados para actuar en un campo que evoluciona constantemente. “La carrera tiene como objetivo preparar al alumnado en tecnologías y métodos actuales de la ingeniería en transporte para que puedan insertarse en proyectos de innovación tecnológica, investigación, desarrollo, diseño y transferencia de conocimiento científico y tecnológico”, explica. La salida laboral de la carrera abarca un amplio espectro: desde grandes operadoras de transporte y logística hasta constructoras de obras de infraestructura, empresas aéreas y navales, e incluso organizaciones que manejan grandes volúmenes de carga. Según Vazano, el perfil del egresado está diseñado para responder a las demandas de un sector cada vez más estratégico y complejo.
Villaverde considera que uno de los desafíos del presente es la necesidad de generar condiciones estructurales para que la ingeniería pueda desplegar su potencial transformador. “La ingeniería en general camina de la mano del desarrollo del país, por eso se las engloba en las denominadas ‘estratégicas’, y la Ingeniería Ambiental no es la excepción”, afirma. Pero advierte que, para que esa articulación sea efectiva, “se necesita un marco político y económico que lo sustente”. Y agrega: “Un tema no menor es la formación de nuevos profesionales, un recurso escaso que necesita de inversión y mejora en los distintos niveles de enseñanza”.
Para Vazano, uno de los puntos críticos es la velocidad con la que cambian las condiciones del entorno. “La ingeniería debe adaptarse a un contexto de cambios muy acelerados del sector transporte”, señala. “Estos cambios están marcados por transformaciones urbanas, nuevas demandas asociadas a la economía de plataformas como Uber o MercadoLibre, y tecnologías como la Internet de las Cosas. Todo esto forma parte de la cuarta revolución industrial, que implica mayor conectividad, inmediatez en la información y una fuerte presión por reducir el impacto ambiental”.
En ese escenario, considera indispensable pensar el transporte desde una lógica resiliente y sostenible: “Tanto en la movilidad de pasajeros como en la logística de cargas, Argentina debe adaptarse a un contexto operativo que sea capaz de sostenerse en el tiempo sin comprometer su entorno”.
Villaverde destaca que la Ingeniería Ambiental forma profesionales con una sólida base en ciencias básicas y un fuerte componente práctico. “La carrera tiene un perfil operativo”, explica. “En los primeros años, los estudiantes adquieren fundamentos sólidos en física, química, matemáticas; luego, las materias del tronco superior les permiten profundizar en temas específicos con docentes que cuentan con amplia experiencia profesional. Esto les da una perspectiva muy ajustada a los problemas reales que enfrentan en su ejercicio profesional”.
En la misma línea, Vazano señala que una de las competencias centrales que busca desarrollar la carrera de Ingeniería en Transporte es la capacidad de “analizar y comprender procesos para aumentar su eficiencia”, lo cual puede expresarse en acciones concretas como “la reducción de papeleo, la adaptación a nueva normativa, la disminución del consumo energético o de las emisiones del sistema de transporte”. Además, se pone el acento en “realizar estudios de factibilidad técnica para proyectos de nuevos modos de transporte, con tecnologías de propulsión innovadoras y esquemas de operación basados en la demanda”.
A través de estas perspectivas, desde la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad reafirmamos el compromiso con la formación de ingenieros/as que atiendan las necesidades de desarrollo sostenible de nuestro país, convencidos de que cada nuevo ingeniero y cada nueva ingeniera que egresa de nuestra universidad es una pieza clave para transformar realidades de nuestro territorio.
Día de la Ingeniería Argentina, Escuela de Hábitat y Sostenibilidad, Instituto de Arquitectura, Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental, Instituto de Transporte