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Lxs egresadxs del testimonio del sistema universitario argentino: “Vaya osadía la nuestra de querer convertir barreras en puentes”

Norma Flores es una de lxs 95 graduadxs de la Escuela de Humanidades que el miércoles 12 de marzo recibieron su título en la UNSAM. Fue durante el 46.º Acto de Colación de Pregrado, Grado y Posgrado, que hoy jueves 13 continúa con lxs graduadxs de la Escuela de Economía y Negocios. La flamante licenciada en Educación Especial ofreció un hermoso discurso, que compartimos a continuación.

Por Norma Flores, licenciada en Educación Especial por la Escuela de Humanidades de la UNSAM. Fotos: Agustina Badano

Vengo de Las Lajitas, una localidad pequeña del departamento de Anta, en la provincia de Salta. Soy parte de la primera generación universitaria en mi familia. Mis padres Lucy y Desiderio, quienes también viven en mi adorado pueblo, son un ejemplo de lucha y perseverancia para mí: se dedican al comercio independiente. Soy hermana de ocho personas espléndidas quienes también se desempeñan en el ámbito educativo, judicial y agrónomo, quienes día a día desean y anhelan avanzar fructíferamente en los diferentes espacios laborales. Cuento con la dicha de tener mi propia familia, que está conformada por tres hijos maravillosos y por mi esposo, que acompañan incondicionalmente mi trayectoria académica.

Mi fiel maestro fue y será siempre mi hijo Eliam “Titi”, quien hace tres años nos ilumina y acompaña desde el cielo infinito. Hoy están aquí presentes mis hijos Emir, Elías y mi esposo Juan José, grandes compañeros de largas jornadas de estudio, quienes supieron alentarme y contenerme en aquellos momentos en los que el mundo se tornaba caótico por la rutina, el trabajo y las largas horas de estudio.

Hace cinco años que ejerzo en mi pueblo como profesora de Educación Especial y como maestra de apoyo a la inclusión en la escuela Especial N.º 7167 y en el centro de servicios de apoyo a la inclusión llamado EyE, iniciales de los nombres mis pequeños Eliam y Emir. Este es un emprendimiento que llevamos adelante en conjunto con mi hermana Vanesa, una gran mentora y coformadora en el ámbito educativo. Este centro está basado fundamentalmente en la demanda de padres y madres con obras sociales, que confían diariamente en nuestros servicios.

Para llegar a recibirme tuve que enfrentar muchos contratiempos, sobre todo el trayecto que debía viajar diariamente para ir y volver del instituto en el que me formé. Se trababa sobre todo de la lejanía, el transporte y las largas horas en ruta esperando quien pudiera llevarme o traerme a mi hogar nuevamente, recorriendo ciento cuarenta kilómetros cada día de lunes a viernes. Conocí muchas historias similares a la mía y a personas que, con empatía y generosidad, siempre me brindaron palabras de aliento para seguir y poder concretar la carrera.

Cuatros años de largas jornadas, prácticas y residencia en las diferentes áreas y escuelas de la modalidad me enseñaron que mi meta no terminaba con ese título, con ese profesorado. Es por ello que, al culminar esa etapa, busqué diferentes referencias universitarias, en un mundo de diversas propuestas, lo cual muchas veces se torna confuso. Pero la exactitud e instinto de la sabiduría de muchos egresados en Argentina y los testimonios en redes sociales, me llevaron a emprender la Licenciatura en Educación Especial, que hoy con mucha emoción me condujo hasta este, mi acto de colación, nuestro acto de colación.

Durante dos años de manera virtual transité en esta universidad mi licenciatura: llevo en mi corazón grandes colegas, de diferentes partes de Argentina, que fueron ese empujón de sabiduría en muchos momentos durante la cursada de diferentes materias. Ellos y la Universidad me enseñaron el verdadero sentido del compañerismo, el trabajo en equipo, ese clima que cada clase nos brindaba la licenciatura. Las charlas motivacionales de cada profesor en los exámenes me ayudaban a mejorar mi manera de enseñar y a mirar el mundo educativo de una manera distinta. Esto me fue haciendo capaz de intervenir con criterio humanístico, filosófico y pedagógico en la relación igualdad-diferencia, homogeneidad-heterogeneidad en los ámbitos institucionales de diferentes niveles. Pero, además, este espacio universitario me brindó la seguridad de poder ser parte activa en el proceso de aprendizaje de los alumnos que acuden a mí en busca de ayuda y comprensión con padres comprometidos con el bienestar de sus hijos e hijas.

Muchas veces me sentí abatida por los grandes desafíos de ser una madre joven, con un pequeño con discapacidad que requería de una madre capaz de acompañarlo y ayudar en todos los ámbitos, y con otro niño que podía llevarme desde un día revolucionado a un mágico atardecer lleno de amor y de enseñanzas significativas.

Las barreras en el aprendizaje son inevitables, aún más en la labor diaria como docente frente a realidades diversas. Vaya osadía la nuestra de querer convertir esas barreras en un puente, que mediante empatía y respeto nos conduzca a la tan anhelada inclusión. Porque nuestro objetivo es garantizar el acceso a una educación de calidad para todos los y las estudiantes, asegurando la eliminación de las barreras y aumentando su participación para el logro de los mejores aprendizajes.

Una mañana del 4 de agosto de 2023 mi gran sueño se concretó, se hizo realidad, me recibía como primera licenciada en Educación Especial de mi pueblo, dando honor y orgullo a mis seres amados y ,en especial, a mis hijos, quienes sin dudas en un futuro seguirán los pasos de su madre y padre, reflejo de amor y dedicación a todo lo que sueñan y desean realizar.

Porque hablar de inclusión es dar una oportunidad a todas las voces que por una u otra razón son silenciadas en aulas que a veces segregan, en contextos vulnerables en los que muchos no pueden defenderse y hacer valer sus derechos como ciudadanos.

Nuestra universidad, digo NUESTRA porque la considero parte importante de mi vida, por formarme en este maravilloso mundo que es la Licenciatura en Educación Especial, me permite desde mi labor ofrecer una mirada atenta y reflexiva sobre las prácticas diarias. Esto me posibilita examinar adecuadamente un amplio conjunto de aspectos para potenciar los aprendizajes y la experiencia educativa de cada uno de los estudiantes, logrando promover mayores niveles de inclusión en nuestras escuelas.

Hoy junto a mi familia puedo decir GRACIAS UNIVERSIDAD NACIONAL de SAN MARTÍN por permitirme concretar mis sueños, por darme amplios conocimientos, herramientas pedagógicas y la seguridad de transitar una modalidad a distancia con flexibilidad. Acompañada siempre de excelentes profesionales, capacitados en el campo de la educación especial, esta modalidad ofrece la posibilidad de formarse a muchos profesionales y colegas que, por razones laborales, no pueden asistir de manera presencial.

La educación formal tiene sus luces y sus sombras. Nuestro esfuerzo, más allá de que hoy seamos graduados, puede servir para dar energía a las luces y hacer desaparecer las sombras, para muchos que hoy continúan transitando los pasillos de la universidad.

Colegas: recuerden siempre que, a partir de hoy, entramos en otra etapa de la vida. Por ello les aconsejo que sigan aprendiendo, absorbiendo conocimientos, que abran sus mentes a nuevos saberes, que se actualicen y nunca dejen de crecer profesionalmente.

Eliam, Emir y Elías, gracias por darme la entereza y fortaleza para atravesar cada uno de los desafíos que se presentan en mi vida. Cuando la lluvia cae no se acaba el día, pues al final siempre sale el arcoíris para iluminar nuestro camino y permitirnos superar cualquier barrera, cualquier obstáculo. Les digo que si se animan a soñar en esta vida, tengan la certeza de que, con mucho esfuerzo, resiliencia y, por sobre todo, vocación, no hay imposibles.

¡Se hará realidad!

Muchas gracias.

Nota actualizada el 13 de marzo de 2025

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