UNSAM Edita

El futuro en imágenes: inquietudes y desafíos

En el marco del III Congreso Internacional de Ciencias Humanas se presentó “Léxico crítico del futuro” (UNSAM EDITA), una obra colectiva y polifónica creada por más de cien investigadores e investigadoras de nuestro país y del extranjero y editada por Andrés Kozel, Marina Farinetti y Silvia Grinberg. Participaron del panel “Vocabulario de futuro: palabras e imágenes” los investigadores y autores Andrés Kozel, Flavia Costa, Francisco Naishtat, Ezequiel Gatto y Silvina Vidal. Compartimos el texto que presentó la investigadora Silvina Vidal.

Por Silvina P. Vidal (CONICET, UNSAM)

¿Se puede imaginar un futuro con imágenes? Seguramente sí. Nos invaden cada vez más las imágenes en distintos formatos y a toda hora. Por otra parte, hay una inquietud de futuro que se vincula con esta época tan particular en que vivimos: atravesamos una pandemia, la crisis ambiental se intensifica, los cambios tecnológicos, la crisis económica y la escasez de recursos naturales como el agua y las guerras en curso y por venir. Todo esto produce, sin duda, angustia e incertidumbre. Sin embargo, estos obstáculos no implican quedarse, como sostienen los autores del Léxico (Kozel, Grinberg, Farinetti, 2024: 13-17), en una valoración unilateral de lo que ocurre o vaya a ocurrir. En este sentido, coincido con ellos en la necesidad adoptar una disposición crítica que nos permita desestabilizar el futuro para recuperarlo como un horizonte abierto y esperanzador.

Ahora bien, ¿Cómo podrían ayudar las imágenes en esta tarea inspiradora, pero nada fácil? 

En este punto, resulta importante discutir el dicho tan arraigado en el sentido común de que “las imágenes valen más que mil palabras”. Si bien es verdad que las imágenes tienen un gran poder de seducción, porque guardan una relación mucho más directa y espontánea con la imaginación, este dicho es absolutamente falso. Las imágenes son polisémicas, ambiguas y tienen una temporalidad propia que no es cronológica (Didi Huberman, 2015). Y además está el peligro, por ejemplo, con la propaganda de creernos nuestras propias ficciones, como bien advierte el historiador Carlo Ginzburg (2018). Asimismo, en el caso de las humanidades, nos enfrentamos con el problema de que a las imágenes se les dan distintos usos y lecturas, según la especialidad y el marco de interpretación.

Las imágenes no son testigos mudos del pasado y tienen una agencia innegable (en el sentido de que nos mueven a la acción tanto en el presente como de cara al futuro), pero muchas veces resulta difícil traducir en palabras el mensaje que nos quieren transmitir. No obstante, las imágenes son valiosas, porque si bien no dan acceso directo al mundo social, nos permiten acceder a las visiones de ese mundo en un momento determinado, visiones que oscilan entre lo típico y lo excéntrico, cuando idealizan y satirizan el mundo que representan (Burke, 2001).

En este marco, entre los positivistas (que ven a las imágenes como espejo de la realidad) y los escépticos (que las entienden como un sistema de signos indiferente), resulta interesante la tercera vía que Peter Burke (2001) y Roger Chartier (2016) proponen a los historiadores culturales, y que podríamos hacer extensiva al resto de las humanidades. Tercera vía que implica recuperar las imágenes como herramienta para pensar el presente y a partir de ahí concebir el pasado y proyectarnos hacia el futuro o los futuros posibles, a partir de una doble actitud crítica de distanciamiento y extrañamiento. El testimonio que nos brindan las imágenes debe poder cruzarse con testimonios escritos y situarse en una serie de contextos espacio-temporales (culturales, políticos, materiales, etc.), atendiendo tanto a los intereses de quienes las encargan y las funciones que su autor/a les quiso dar como a sus materialidades y el lugar donde son exhibidas. Las imágenes no sintetizan ni reemplazan a las palabras, pero nos pueden brindar informaciones valiosas si hacemos de ellas una lectura no obvia, a contrapelo, entre líneas (Ginzburg, 2008; Burke, 2001), atendiendo a los prejuicios y los detalles que sus creadores a veces desconocen. 

No es casual que siga teniendo vigencia la propuesta del historiador del arte Aby Warburg sobre la posibilidad de trazar una historia de la civilización occidental, a partir del reconocimiento de pathosformeln, esto es, de un conjunto de fórmulas culturales y artísticas históricamente situadas que recuerdan a experiencias primarias de la humanidad, cuyas migraciones y transformaciones se estudian en la larga duración. Fórmulas que remiten a pulsiones bien primarias (miedo, reverencia, terror, sumisión, asombro, piedad, amor, protección, vitalidad, rebelión) y atraviesan etapas de latencia, recuperación, apropiación y metamorfosis, emergiendo en situaciones críticas (Burucúa, 2003). Perspectiva que dialoga con Reinhardt Koselleck (2013) cuando nos habla de que hay estructuras que se repiten en la historia, o bien, de “la contemporaneidad de lo no contemporáneo”.

¿Qué identidades y paralelismos podemos establecer con respecto a formas estéticas, políticas y la expresión de emociones entre culturas sin ninguna relación histórica? Al hablar de un Renacimiento y una Modernidad globales, la perspectiva warbuguiana parece haberse expandido más allá de Occidente (Burke, Clossey, Fernández Armesto, 2017). ¿Qué imágenes parece que resurgen del pasado en el presente? ¿Cómo se transforman sus gestos, se resignifican en el cruce con la contingencia y determinadas coyunturas históricas? ¿Qué dispositivos las hacen eficaces? ¿Cómo se leen? ¿Interpelan a ciertos públicos o los intentan crear? ¿Qué tipos de públicos son? 

Las imágenes, como los conceptos, contienen historia, una historia que excede nuestra vida biológica, por eso incentivar a la discusión en las humanidades a partir de estos interrogantes me parece indispensable para que nos ayuden a pensar un futuro mejor.

Referencias Bibliográficas
BURKE, Peter (2001). Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Madrid, Crítica.
BURKE, Peter, CLOSSEY, Luke, FERNÁNDEZ ARMESTO, Felipe (2017). “The Global Renaissance.” Journal of World History 28, no. 1, p. 1-30.
BURUCÚA, José E (2003). Historia, arte, cultura. De Aby Warburg a Carlo Ginzburg, México, FCE.
CHARTIER, Roger. “La historia del arte como historia cultural. Entrevista a Roger Chartier”. Caiana. Revista de Historia del Arte y Cultura Visual del Centro Argentino de Investigadores de Arte (CAIA). Nº 9 | Segundo semestre 2016, pp. 96-101
DIDI HUBERMAN, Georges. Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las imágenes, Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora, 2015.
GINZBURG, Carlo (2018). Miedo, reverencia, terror. Cinco ensayos de iconografía política, Rosario, Prohistoria.
KOSELLECK, Reinhardt (2013). Sentido y repetición en la historia. Buenos Aires, Hydra.
KOZEL, Andrés; GRINBERG, Silvia; FARINETTI, Marina (Eds.) (2024). Léxico crítico de futuro, San Martín, UNSAM Edita.

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Nota actualizada el 11 de diciembre de 2024

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