Dirección de Género y Diversidad Sexual

3J – NI UNA MENOS: “Hay todo un sistema de valores que avala el silencio y la violencia”

El 3 de junio nos reencuentra anualmente al grito de “Ni una menos”. En esta oportunidad, desde la Dirección de Género y Diversidad Sexual de la Secretaría General Académica entrevistamos a Cecilia Cusó Gallardo, quien comparte su mirada sobre esta fecha y el trabajo que llevan adelante las promotoras territoriales de San Martín.

Cecilia Cusó Gallardo es la actual Directora de abordaje territorial de políticas de género de la Municipalidad de San Martín. Cecilia es socióloga egresada de la UNSAM, se crió en Villa Urquiza pero hace 19 años que vino a vivir a San Martín y ya no se fue más de “Sanma”, su lugar de pertenencia. 

En el marco de un nuevo Ni Una Menos, desde la Dirección de Género y Diversidad Sexual de la Secretaría General Académica de UNSAM apelamos a la palabra de Cecilia, egresada de nuestra Casa de Estudios cuya militancia y trabajo dialogan con más fuerza en el territorio de San Martín a través de las redes feministas que constituyen las organizaciones de mujeres de nuestro Partido en la lucha diaria contra las violencias machistas.

“Me acuerdo del Ni Una Menos del 2015 y fue mucho lo que pasó después, duele todos los días pero creo que también se consiguió mucho. Nunca alcanza, porque es mucho todavía lo que hay que hacer no solo a nivel estatal, sino también de justicia, política y social. Hay sectores que no están dispuestos a dejarse interpelar. De todas formas, la organización nunca cesa.”

En 2018 presentaste tu tesis en UNSAM “Generación de vínculos y ejercicio del poder del Estado y las políticas sociales. Cuatro mujeres integrantes del Programa `Ellas hacen San Martín (Prov. de Buenos Aires)´ nos cuentan su paso por el programa” ¿Cómo fue el camino que te llevó a esa investigación?

Llegué a ese tema de investigación después de trabajar dos años como docente tutora en una Diplomatura en economía social dirigida a beneficiarios y beneficiarias del programa Argentina trabaja, durante 2012 y 2013. Compartir ese proceso con otros docentes y compañeres me generó una serie de preguntas sobre cómo era el vínculo entre el Estado/institución estructurante y los deseos y aspiraciones de quienes perciben dinero por incorporarse y cumplir con los procesos y requisitos que exigen esos programas y las políticas públicas.

Muchas veces se diseñan y se construyen programas para alcanzar ciertos objetivos, pero se despiertan otros intereses y también otras necesidades entre quienes se inscriben en esos programas. Esa era una de las dimensiones que aparecieron en las entrevistas que hice para la tesis y decidí abordar como eje principal.

Desde febrero de este año asumiste como Directora de abordaje territorial de políticas de género de la Municipalidad de San Martín ¿Cómo describirías tu perspectiva para la gestión en este espacio? ¿Cuál ha sido tu experiencia en estos meses?

Efectivamente asumí en febrero, como Directora de abordaje territorial de políticas de género. Hace varios años que me dedico a  la gestión de proyectos territoriales, vinculados con la economía social, la sustentabilidad, el fomento de la cultura y programas de empleo para la juventud siempre desde una perspectiva de género. He coordinado proyectos culturales y de responsabilidad social en articulación con empresas, cooperativas, actores locales y del tercer sector. Es un gran desafío y muy gratificante también  construir colectivamente espacios de género y feminismo, como la coordinación de agrupaciones de género, la participación en la campaña nacional por el derecho al aborto, entre otros espacios. 

Resulta una gran satisfacción poder concretar políticas públicas con eje en el territorio, encontrar que cada área municipal con la que estamos articulando comprende plenamente la importancia del abordaje territorial, y particularmente de género. Además, tanto el equipo de compañeras como las funcionarias del área, están sumamente comprometidas con los objetivos trazados. Puedo decir que de alguna manera lo que llamábamos nuestros sueños militantes feministas encuentran su lugar de concreción en perfecta articulación con la Secretaría de mujeres géneros e infancias.

¿Cuál es el trabajo que llevan adelante las promotoras territoriales?

Las promotoras de las agrupaciones realizan un gran trabajo en territorio acompañando, conteniendo y acercando a muchas mujeres a los recursos estatales. La militancia vinculada a cuestiones  de géneros en San Martín conforma un gran grupo y afortunadamente trabaja muy bien con el espacio de mujeres de la Municipalidad.

Territorio, gestión pública y universidad: ¿Cómo pensás la relación entre estos espacios en la militancia feminista?

Creo que ahí hay una tríada que nunca termina de aprovecharse, no por falta de voluntad sino porque cada dimensión tiene su propia agenda y su propia dinámica de intervención. Considero que cada dimensión tiene mucho para aportar a la otra, la clave está en encontrar el cómo. Los tiempos de planificación y ejecución son muy diferentes en cada espacio.

Sabemos que el 3 de junio nos reencuentra anualmente al grito de “Ni una menos”, a partir de tu experiencia y recorrido territorial ¿Qué reflexión hacés sobre esta fecha?

Me acuerdo del Ni una menos del 2015 y fue mucho lo que pasó después, duele todos los días pero creo que también se consiguió mucho. 

En el inicio del movimiento temí que pudiera convertirse en un simple slogan, pero por suerte eso no sucedió porque todo lo que no asumió el macrismo durante 4 años, sí lo hicieron las organizaciones sociales, sindicatos, y diversos activismos a fuerza de empuje y lucha. Todas esas acciones, esa lucha, desde el 2019 hasta hoy se fue traduciendo en política de estado. Nunca alcanza porque es mucho todavía lo que hay que hacer no solo a nivel estatal, sino también de justicia, política y social. Hay sectores que no están dispuestos a dejarse interpelar. De todas formas la organización nunca cesa. 

El movimiento “Ni una menos” surge en 2015 a partir del femicidio de Chiara Páez ¿Cómo considerás que  se viene abordando desde la política pública la problemática de la violencia hacia las mujeres e identidades disidentes después de 7 años? ¿Creés que se logró  algún tipo de transformación al día de hoy?

Considero que a partir del caso de Chiara lo que se instaló es la problemática en la agenda para que el Estado tenga que intervenir y resolver esas situaciones. Luego, desde ya surgen discusiones en torno a presupuesto, o de cuál es la injerencia del Estado ante la ausencia de respuesta por parte de la Justicia. Creo que ahí  hay un déficit por parte del sistema judicial en general, que no aborda la perspectiva de género  de forma integral ante los casos de violencia. Entonces tenés situaciones donde muchas mujeres y personas del colectivo de la diversidad tienen causas triplicadas en varios juzgados, o que fueron archivadas porque es un proceso muy revictimizante por parte de la justicia sostener ese tipo de demandas, y ahí es donde se archivan causas, no se le da importancia a la perspectiva de la víctima por fuera del delito en términos estrictos de lo que dice la letra del código penal y el código civil. Así es como la respuesta que requiere esa víctima no aparece, y el Estado, los estados nacionales, provincial, municipal,  pueden acompañar hasta un punto pero después se resuelve en el universo del sistema judicial que tiene otros tiempos completamente distintos por ejemplo a los de una víctima en situación de peligro. Considero que desde el Estado hay un esfuerzo enorme para trabajar de  forma integral pero luego aparece la dificultad en el sistema judicial: la revictimización y la ausencia de acompañamiento por parte de la justicia. Muchas trabajadoras de la justicia hacen un gran trabajo pero no depende de ellas un universo enorme de resolución de situaciones.

Por otra parte, el hecho de que existan áreas de género que abordan la temática desde la política pública me parece que es un cambio enorme en cómo se aborda esta problemática que no deja de ser una problemática absolutamente profunda y cultural, porque hay todo un sistema de valores que avala de alguna manera el silencio y avala la violencia tanto para personas del colectivo de la diversidad como para mujeres cis.

Nota actualizada el 2 de junio de 2022

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