LICH - Laboratorio de Investigación en Ciencias Humanas

“La lógica neoliberal, que lleva al máximo la idea de mercancía, define ciertas formas de gobernar la vida”

La psicóloga Claudia Calquin, especialista en estudios de Género, Derechos Humanos y Ciudadanía, de la Universidad de Santiago de Chile, brindará esta semana una conferencia abierta al público en el marco de las Jornadas de la Red de Estudios en Parentalidades. En esta entrevista repasa varios de sus temas de investigación en torno a los sistemas de protección de las infancias.

En el marco de las Jornadas de la Red de Estudios en Parentalidades, organizada por el Centro de Estudios Desigualdades, Sujetos e Instituciones (CEDESI) del LICH-EH, esta semana la psicóloga Claudia Calquin, especialista en estudios de Género, Derechos Humanos y Ciudadanía, de la Universidad de Santiago de Chile, brindará una conferencia abierta al público titulada “Maternalismo y gobierno de la precariedad en políticas de infancia: una revisión crítica”*. En la presente entrevista se refiere al deterioro en la región de los sistemas de protección de la infancia durante la pandemia, la importancia de las investigaciones transnacionales para abordar los problemas locales, las modificaciones de las tareas de cuidado en contextos neoliberales y cómo la lógica mercantilista ha cambiado las formas de gobernar la vida. “Me interesan los temas que vienen del ámbito de la biopolítica, de la regulación de la población, las infancias, las maternidades, para cuestiones que tienen que ver con objetivos económicos”, señala la especialista.

-Usted investiga los efectos de la pandemia por Covid-19 en los sistemas de atención de la infancia en diferentes países de la región. ¿Cuál es la situación actual en este temática?

Particularmente investigué los impactos que tuvo la pandemia en los sistemas de protección de infancias en Colombia, Uruguay y Chile, dado que son lugares que han implementado un mismo modelo de trabajo. Una de las cuestiones más interesantes tiene que ver con que el impacto no dependía tanto de la magnitud de la pandemia, sino más bien de cómo estaba configurado el Estado, ese andamiaje estatal que es previo. En el caso de Chile y Colombia los impactos fueron más fuertes. Allí los sistemas de protección dejaron de funcionar, porque se anclaban en un tipo de Estado más débil, con un rol muy residual, muy focalizado, que tiene un sistema de funcionamiento en el que está metido lo privado, más de una lógica muy neoliberalizada. En Uruguay, en cambio, había un Estado de Bienestar y un sistema de salud mucho más centralizado. Efectivamente hubo un fuerte deterioro de los sistemas, porque no ha habido mayor inversión. En Chile se dice que se inyectaron recursos, pero en realidad se reconvirtieron, se transformaron salas de estimulación para los niños en salas Covid, los profesionales que trabajaban con infancia terminaron colocando vacunas, haciendo exámenes, haciendo tareas que no les correspondían. Hubo muy poco sostén a los mismos profesionales, con pocos recursos, sin mucho acompañamiento, y las familias que eran usuarias del sistema de protección fueron abandonadas si no las afectaba el Covid.

Usted ha mencionado que es necesario superar el nacionalismo metodológico para abordar estos temas. ¿Por qué le parece importante ampliar la perspectiva más allá de los límites de cada país?

La investigación comparada permite situar fenómenos a nivel transnacional, más allá de los límites del Estado nación, porque la mayor parte de los fenómenos actuales son globales, aunque tienen cada unos sus características locales. La pandemia demostró la importancia de la globalización en los fenómenos sanitarios, y que todas las medidas en el fondo respondían a un orden global dado por la dirección de la OMS. Nos interesaba hacer esa comparación entre los países que analizamos y ver hasta qué punto permitía también dar cuenta de la diferencia, y ver cómo el nivel global permite también indagar más y dar cuenta del nivel local. Cuando uno empieza a notar la diferencia, aparecen nuevos fenómenos que pasaban desapercibidos. Eso es lo interesante de la investigación comparada, que permite ir notando esas diferencias y, por lo tanto, profundizar más en los aspectos locales.

En este sentido de ampliar la perspectiva de análisis más allá de los límites nacionales, ¿por qué le parece que son relevantes los estudios de las parentalidades en América latina?

Son relevantes porque la parentalidad es un aspecto central de la sociedad, en el sentido de que somos sujetos dependientes, que necesitamos del cuidado de un otro y porque la estructura del parentesco es en el fondo la base de nuestra cultura. La parentalidad lleva al tema del cuidado y al surgimiento de la vida. Y eso conduce a las políticas de la vida, cómo se sostiene la vida, sobre todo pensando en las transformaciones que han ocurrido en la parentalidad, que se vinculan evidentemente a las transformaciones de las familias, de cómo hoy las funciones parentales se reducen al espacio de la familia nuclear, a diferencia de lo que sucedía hace cuarenta o cincuenta años, cuando las relaciones parentales eran ejercidas por muchas más personas que ahora. Hoy lo que llamamos las parentalidades intensivas se reducen a padre y madre, y es ahí donde se cargan con todas las labores de cuidado, el bienestar de la calidad de vida. Esto queda cada vez más reducido al espacio familiar nuclear, generando una serie de tensiones, en un contexto de ampliación del neoliberalismo. Estudiar la parentalidad implica investigar cómo sostenemos nuestras vidas que son vulnerables en sí mismas, porque somos sujetos que necesitamos al otro. Por eso creo que es una dimensión central en las Ciencias Sociales para entender la vida y las políticas de la vida.

-¿Cuáles son los temas que le parecen más relevantes en el campo de las parentalidades?

Los temas de cuidado y también las infancias. Gracias a las herramientas que han aportado las economías feministas o lo estudios biopolíticos, hoy en día estos temas se pueden articular con cuestiones más a nivel estructural, de relaciones sociales. Lo que estoy investigando es cómo se vinculan las parentalidades intensivas con modelos de gobierno, pero desde una crítica fuerte al neoliberalismo.

-¿Cuál sería la crítica al Estado neoliberal?

Yo trabajo más desde una mirada feminista, desde una categoría de género que se problematiza, que no parte de la idea de un género binario, ni que necesariamente haga referencia a masculino y femenino, como se trabajó desde los noventa en los organismos internacionales, de una manera bien dicotómica y esencialista. Me interesa cómo se regulan las infancias, cómo se regulan las maternidades, viendo cómo es la lógica capitalista posfordista actual, que ha llevado al máximo la idea de ganancia, de mercancía. Estos objetivos económicos definen ciertas formas de gobernar la vida, de relacionarnos con la vida, de pensar las infancias, las mujeres y las familias.

*El jueves 19 de mayo a las 18 hs. se llevará a cabo la conferencia “Maternalismo y gobierno de la precariedad en políticas de infancia: una revisión crítica” a cargo de Claudia Calquin (USACH), con moderación de Valeria LLobet (LICH-EH). Actividad presencial en Sede Volta de UNSAM (Roque Sáenz Peña 832, CABA) y vía streaming. Informes: lich@unsam.edu.ar

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Nota actualizada el 16 de mayo de 2022

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