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Pablo Bortz: “No festejo acuerdos con el FMI, pero un default con el Fondo sería algo muy malo”

El docente e investigador del Centro de Estudios Económicos del Desarrollo se refirió al entendimiento alcanzado con el organismo internacional para el pago de la deuda contraída durante la gestión de Mauricio Macri. Además, advirtió que el escenario de pagos a partir de 2027 “es complejo, pero puede llegar a ser factible”.

La discusión sobre el acuerdo entre el gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional parece organizarse a partir de tres ejes principales: aquellxs que creen que era posible obtener condiciones más favorables e incluso cuestionar la legitimidad de la deuda; quienes opinan que el acuerdo debería haberse celebrado con mayor rapidez; y el grupo que sostiene que el acuerdo alcanzado es uno de los mejores posibles dentro de las circunstancias actuales. En este sentido, Bortz asegura que “me cuesta pensar qué cosa mejor se hubiese podido obtener de un acuerdo alternativo”. El investigador remarca que “es difícil transmitir que algo es bueno porque te evita algo malo, pero hay que enfatizar que un default con el fondo es muy, muy malo”. Según Bortz,esta eventual cesación de pagos hubiera generado más tensiones sobre el tipo de cambio, y la caída de todo tipo de financiamiento a través de organismos internacionales y acuerdos con países como China o Rusia.

Sobre la posibilidad de recurrir a argumentos legales para discutir la validez de la deuda, el investigador afirma que esto no es una alternativa porque, más allá de su destino, el préstamo efectivamente existió. “¿Qué hacés con los 44 mil millones de dólares que ya te prestaron? No devolverlos no es una solución, y eso implicaría otra renegociación”, explica Bortz. El economista agrega además que, si bien es muy probable que el organismo haya incumplido sus estatutos en el último préstamo otorgado a Argentina, “no fue la primera vez, ni por asomo”.

 

 

En lo que tiene que ver con las características del preacuerdo, el experto sostiene que “plantea desafíos, no es lindo, pero dentro de la gama de acuerdos que se podría haber llegado a conseguir, sin dudas está entre los menos malos”. Y detalla que “no es expansivo pero es relativamente laxo en el aspecto fiscal” ya que supone una convergencia hacia un déficit cero en 2025. “Hay muchos programas que tienen senderos mucho más agresivos” subraya sobre este punto Bortz, que estudió en profundidad el caso del acuerdo del FMI con Grecia. Además, el economista destaca que el acuerdo no implica reformas jubilatorias, laborales ni impositivas, algo que formalmente sí debería suceder de acuerdo a las reglas del organismo.  “Hay otros acuerdos de facilidades extendidas que no la tienen, caso Ecuador,  pero no deja de ser importante que no la tenga”, señala sobre este punto.

Por último, Bortz se refirió a las dificultades que enfrenta el país para potenciar el crecimiento económico y cumplir con los pagos a los acreedores externos.  “Hay que tener en cuenta algo, si crece algo Argentina, aumentan las importaciones, mucho. Si crece algo Argentina, aumenta el turismo hacia el exterior. Crece la demanda de dólares. Entonces, Argentina por ahora no puede crecer mucho”, explica. Y sostiene que el país necesita volver a crecer dos o tres años seguidos a una masa moderada, del 3%, algo que no sucede desde 2011. “Empecemos a construir desde parar de caer. Que pare de caer el salario real, que pare de subir la pobreza”, opina. Y concluye: “después habrá tiempo para ser más ambiciosos, porque ser ambiciosos hoy va a ser peor para mañana”.

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Nota actualizada el 10 de febrero de 2022

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