Escuela IDAES

La Escuela IDAES despide a José Pepe Nun: Palabras de Pablo Semán

La obra de José Nun fue y sigue siendo clave para el estado actual de nuestras ciencias sociales. Más que de despedirlo, se trata de recoger su legado. Su recorrido de los años sesenta, que fue de su formación en problemas del desarrollo en La Plata a su diplomado en Francia —pasando por su trabajo académico en Estados Unidos y sus investigaciones en América Latina—, desembocará en una concepción decisiva para entender los rasgos del capitalismo en nuestro continente.

Por Pablo Semán, docente e investigador de la Escuela IDAES 

La obra de José Nun fue y sigue siendo clave para el estado actual de nuestras ciencias sociales. Más que de despedirlo, se trata de recoger su legado. Su recorrido de los años sesenta, que fue de su formación en problemas del desarrollo en La Plata a su diplomado en Francia —pasando por su trabajo académico en Estados Unidos y sus investigaciones en América Latina—, desembocará en una concepción decisiva para entender los rasgos del capitalismo en nuestro continente.

En una célebre polémica con Fernando Henrique Cardoso, José Nun dará lugar a una contribución que tiene cada vez más vigencia a la hora de enfrentarnos a los problemas del capitalismo y la inclusión. Allí, contra toda esperanza desarrollista, demostrará que el capitalismo tiende a la producción de una masa supernumeraria de población, que caracteriza el desparejo y decepcionante despliegue económico y político de las sociedades latinoamericanas.

En las décadas posteriores encontramos  dos intervenciones señeras. Primero, un conjunto de artículos producidos entre fines de 1970 y 1980 e incluidos en el libro que lleva el título de uno de ellos: La rebelión del coro. En esos trabajos Nun explora y articula posiciones renovadoras acerca de la dinámica política abarcando cuestiones relativas a la concepción del sentido común, la heterogeneización de los sujetos subalternos y las relaciones entre democracia y socialismo. Allí hay un reservorio conceptual preciso y lógico como un mecanismo de relojería para comprender las tendencias de integración y conflicto en los planos políticos e e ideológico de las sociedades contemporáneas y un cuestionamiento decisivo al economicismo en la tradición marxista. La segunda intervención clave de Nun en la década del ochenta será la compilación que dirigió junto con Juan Carlos Portantiero: Ensayos sobre la transición democrática en la Argentina. En la misma puede leerse, además de una muy ajustada caracterización de la coyuntura política implicada en la transición a la democracia, un agudo diagnóstico de los límites a los que había llegado en ese entonces el modelo de sustitución de importaciones y, en un plano teórico, el planteamiento del concepto de régimen de social de acumulación que integra en una idea de totalidad social todas sus observaciones teóricas sobre política, economía y sociedad en una notación teórica unificada inspirada por lecturas tan variadas como las de Gramsci, el regulacionismo francés y la discusión crítica de la ciencia política de los países anglosajones.

Sagaz observador de las tendencias político económicas de fines de los noventa, se anticipó en diversos ensayos a la crisis de la convertibilidad y a la reemergencia de categorías nacionalistas en la vida política del continente en un camino que lo levaría a ser solitario con el gobierno de Néstor Kirchner en que se desempeñó como secretario de Cultura.

En este recorrido deliberadamente breve y recortado sobresale otra de las características de la figura de José Nun: la interlocución plural en términos de corrientes teóricas, tradiciones académicas, disciplinas y corpus conceptuales. Ese rasgo que compartió con muchos de sus generación y que practicó con entusiasmo y libertad creadora hizo que sus pares lo vieran como un intelectual completo y renovador.  Y es en este punto que quiero recobrar la figura de José Nun como fundador del IDAES.

Esa intervención, tan potente en el plano institucional como sus múltiples posiciones en el campo de la producción académica tiene rasgos que siguen inspirándonos. El trabajo en las fronteras de las disciplinas y de los repertorios, la percepción de la pluralidad móvil y tensional de las ciencias sociales, la consciencia crítica de los múltiples planos en que se organiza la actividad de las ciencias sociales (de lo filosófico a lo técnico),  el interés por la actualización permanente, la vinculación entre las ciencias sociales y los problemas públicos no solo fueron una característica personal de José Nun sino, también, de la institución que se propuso organizar a inicios de los noventa. A esta institución fueron convocados con generosidad y amplitud especialistas de todas las áreas en un proyecto cuya cifra no por casualidad remite a los estudios sociales.

También a esa convocatoria debemos un agradecimiento y la invitación a sostener algo más que una lealtad mimética: la reflexión crítica capaz de disolver las cristalizaciones del pensamiento burocratizado.

 

 

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Nota actualizada el 1 de marzo de 2021

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