Dirección de Género y Diversidad Sexual

Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans: existencias disidentes en la universidad y en la producción de conocimiento científico

Durante el mes de octubre se conmemora el día de Acción por la Despatologización Trans, dicha jornada es convocada por organizaciones sociales de todo el mundo con el fin de generar conciencia acerca de la estigmatización que afrontan las personas trans en su día a día. Desde la DGyDS dialogamos con Lucía Ariza coordinadora de la Diplomatura en Género y Salud en un Mundo Global y Melina Victoria Mazzarotti militante trans de San Martín.

*Melina Victoria Mazzarotti es mujer trans, militante y activista de la corriente Lohana Berkins/PC y del Frente Disidencias en Lucha.

*Lucía Ariza es coordinadora de la Diplomatura en Género y Salud en un Mundo Global que se dicta en el IDAES, en la UNSAM.

El uso corriente de la palabra patología alude a enfermedad física o mental que padece una persona. En el año 1973 la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) afirmaba que la homosexualidad no es un desorden mental diagnosticable, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1990 eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales y la aceptó como una variación de la sexualidad humana. Recién en el año 2018 la OMS elimina la transexualidad de su lista de enfermedades mentales para pasar a formar parte de un epígrafe denominado “condiciones relativas a la salud sexual”. Hasta ese entonces, la transexualidad era catalogada como un trastorno psicológico denominado “incongruencia de género”.

La modificación de la OMS es un logro para el colectivo de disidencias sexuales, que exige la despatologización total de la transexualidad.

Melina Victoria Mazzarotti se pregunta “¿Qué pasa desde lo social? ¿Hay una despatologización social? ¿Cómo está nuestra situación en las instituciones? Las encuestas y relevamientos de las condiciones de vida que se han realizado por organizaciones LGBTQI dan cuenta que la mayoría de nuestra población no tiene acceso a un empleo formal.”

La violencia, la discriminación y la invisibilización a la que se ven sometidxs las personas trans en el sistema de salud, así como en las escuelas y universidades son recurrentes en las experiencias de mujeres y varones trans y personas no binarias. Lo que nos lleva a interrogarnos por las maneras en que estos ámbitos, y el universitrio en particular, acogen suficientemente a las existencias trans, así como su lugar en cuanto a la producción de saberes científicos.

Aunque hayan tomado mayor notoriedad en el debate público como resultado de las últimas legislaciones en la materia, nos parece importante señalar que las existencias trans no constituyen una novedad para el sistema universitario.

Tal como indica Lucía Ariza “como lo dicen las propias personas trans, ellas están en la universidad desde hace mucho tiempo, no es algo de ahora, no es que haya empezado con la Ley de Identidad de Género, ninguna ley puede definir la presencia de ciertas identidades en determinados espacios. Pero mas allá de esta presencia desde hace mucho tiempo, hay que interrogarse por los cambios que ha hecho (o no) la universidad para disminuir la discriminación y la estigmatización de las personas trans que estudian en este espacio, y convertirse en una institución que puede verdaderamente albergar a las personas trans desde un paradigma de derechos, igualdad y respeto a las diferencias.”

En cuanto a la inclusión de personas travestis y trans en el sistema educativo y en particular en el sistema universitario, Melina Victoria se pregunta “¿Por qué las personas travestis y trans en la gran mayoría no llegan a la terminalidad educativa, a alcanzar un título secundario? Y ni hablar de los establecimientos de educación superior, donde solamente el 2% de nuestra población travesti trans tiene un título universitario en nuestro país[1]. Incluso el 80% de les encuestades refiere que querían seguir estudiando si no fuera por tener un sistema que es completamente excluyente y que violenta sus identidades, con las miradas, con la falta de registros acordes, con la segregación dentro de los propios espacios, en los grupos dentro del aula”.

En esta línea, Ariza reflexiona sobre el trabajo que vienen realizando las universidades al momento de garantizar el tránsito y la permanencia de las personas trans: “creo que la universidad como institución está actualmente más enfocada que antes en terminar con la discriminación de las personas trans, aunque desde luego esto se cumple con más o menos éxito según el caso. Las personas trans están en la universidad desde hace mucho tiempo, como estudiantes, como docentes, como parte del cuerpo administrativo, así como en la producción de saber. Dentro de todo el trabajo que aún queda por hacer, me parece fundamental destacar dos cosas: una, que debe producirse más teoría trans en la universidad, a cargo de personas trans, y no solo sobre personas trans, sino también sobre cisexismo. Y la otra, que estos cambios no se van a dar hasta tanto la universidad acepte que debe transformarse a sí misma de manera cabal para poder terminar con la discriminación, la estigmatización y la invisibilidad. Un ejemplo de esto es la transversalización de los estudios trans en toda la currícula. Uno de los problemas más grandes que tenemos es que los estudios trans, cuando existen, quedan lamentablemente encapsulados entre aquellxs que ya están (por la razón que sea) interesadxs. Entonces tenemos casos en los cuales hay investigaciones de otros campos, más tradicionales, que no absorben ni registran en absoluto los estudios trans. Esto es una resistencia muy fuerte a incorporar lo que los estudios trans traen como posibilidad de remover las propias certezas de toda teoría que esté basada en un principio cisexista, sea del tema que sea. Sería deseable que de aquí a poco toda la comunidad universitaria esté al tanto y utilice correctamente los términos adecuados para referirse a las personas trans respetando su propia vivencia interna del género, independientemente de los campos temáticos en los cuales se inserten. Esto es el objetivo de mínima, todas las personas que integran la comunidad universitaria (y no solo las especializadas en estudios trans), deberían saber cómo referirse respetuosamente a una persona trans, sin dudar. También sería deseable desandar los profundos cisexismos que nos atraviesan, aunque nuestros temas de investigación y las teorías que utilizamos no sean de género.”

En tal sentido, las universidades públicas mantienen un fuerte compromiso al momento de generar políticas de género orientadas a la inclusión de las identidades disidentes. Desde la Consejería Integral en Violencia de Género y Sexualidades se atiende situaciones de discriminación, acoso o maltrato dentro o fuera de la UNSAM; se realizan derivaciones para adecuación corporal de género autopercibido y se asesora respecto a los derechos que establece la Ley de Identidad de Género. Dicho espacio se encuentra abierto a la comunidad universitaria y de San Martín, y busca generar diversas estrategias con el objetivo de erradicar violencias y discriminaciones hacia las personas travestis, transexuales y trans en el espacio universitario.

En cuanto a la producción de conocimiento científico y estudios trans, Lucía Ariza sostiene que: “estaría bueno que las personas trans no figurasen solo como fuentes de datos/ experiencias empíricas que la universidad se encarga de analizar, conceptualizar y difundir en términos de investigaciones sino que también sería deseable que la teoría trans figurase de una manera más importante, la teoría trans producida por personas trans y en relación con lo que aporta la teoría trans a otras teorías.”

Con respecto a la Diplomatura en Género y Salud que se dicta en la UNSAM y el vínculo entre el sistema de salud y los saberes trans, Lucía Ariza manifiesta: “¿Cómo sería deseable que figurase la teoría trans en la universidad? La Diplomatura en Género y Salud busca en parte responder a esa pregunta, por un lado, proponiendo reflexiones y líneas de acción en torno a cómo mejorar el acceso de las personas trans a la salud,  cómo favorecer, ampliar, mejorar, quitar las barreras que el sistema de salud impone a las personas trans. Pero también hay otra pregunta que la Diplomatura enfatiza, y que retoma de docentes que la han formulado, como Blas Radi, y que tiene que ver con lo que puede traer la teoría trans y las experiencias trans a las conceptualizaciones de salud, porque lo que tendríamos que pensar es cómo la salud debe transformarse por el encuentro con las personas trans”.

En el mismo camino de reflexión de Lucia Ariza, Melina Mazzarotti afirma “Me pregunto qué pasa con la población travesti trans al interior de las universidades e incluso voy más allá ¿Qué pasa con la epistemología travesti trans? ¿Qué pasa con la academia travesti trans? ¿Con la transmisión de los conocimientos? Hay mucho material generado por personas travestis y trans, hay muchas trayectorias de vida que muchas veces son citadas, son utilizadas pero que no son valoradas como tales y no son puestas con el valor que deberían tener dentro de lo que es una institución de educación superior”.

 

Con la reciente noticia de la aprobación del cupo laboral en la administración pública nacional, los desafíos que afrontamos las universidades a futuro son diversos y variados, no solo en lo que refiere a garantizar el derecho a la educación sino además en cuanto a la aprobación del cupo laboral travesti trans en todas las universidades nacionales del país. Así también, se renuevan algunos interrogantes en lo que refiere a la universidad como espacio productor de saberes, desde el énfasis en la población trans ya no como objetos pasivos de investigación sino como sujetos legítimos al momento de crear conocimiento científico sobre sus existencias.

 

[1] Datos obtenidos en el “Primer relevamiento sobre condiciones de vida de la población de la Trans/Travesti de la provincia de Buenos Aires”, realizado por la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. Febrero- abril de 2019.

 

Nota actualizada el 27 de octubre de 2020

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